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La aerolínea australiana Qantas adquirirá 17 aviones a Boeing por 754 millones de dólares en perjuicio de Airbus

Qantas Airways, la primera aerolínea australiana y cuarta de Asia, anunció ayer la compra de 17 aviones al fabricante estadounidense Boeing, por valor de 754 millones de dólares (140.000 millones de pesetas). Del total de esos aviones, 15 son Boeing 737-800 y son los que la compañía aérea ha preferido en lugar de los Airbus A320.

Hace aproximadamente un mes, la aerolínea realizó una emisión de acciones para recaudar el dinero necesario para financiar la renovación de una buena parte de su flota. Tras la operación, por la que ingresó 226 millones de dólares, Qantas emprendió un proceso para elegir el proveedor de los nuevos aparatos. Sólo hay dos compañías en el mundo que fabrican aviones comerciales de gran envergadura, Boeing y Airbus. Ambas empresas presentaron sus ofertas y ayer se supo que Boeing fue la ganadora.

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Qantas solicitó en firme 17 aviones y se reservó la opción a 60 más. El primero de esos aparatos deberá ser entregado por el fabricante de Seattle en enero próximo, y los restantes, para antes de finales de julio.

También ayer se conoció que Qantas había sellado una alianza con American Airlines por un periodo de 10 años para compartir códigos de vuelo. Ambas empresas comenzarán a operar de forma conjunta el servicio Auckland (Nueva Zelanda)-Dallas-Auckland, sin escalas, a partir del próximo año.

El pedido le viene a Boeing como agua de mayo, puesto que la empresa se halla en un estado crítico. La compañía arrastra graves problemas financieros desde principios de año y la crisis del sector aéreo que se desencadenó tras los atentados terroristas del 11 de septiembre pasado en Nueva York y Washington agravó su situación. Inmediatamente después de los atentados, y cuando las compañías áereas estadounidenses comenzaron a anunciar despidos masivos, Boeing se sumó a la iniciativa y decidió recortar 30.000 puestos de trabajo. Airbus, menos afectado debido a que su principal mercado no son las líneas aéreas de EE UU, no ha sido inmune a la crisis del sector, por lo que el contrato de Qantas ha supuesto un golpe duro para sus expectativas de ingresos.

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