Arantxa se cuela en el Masters por las bajas de Venus, Hingis y Seles
Cada año se repite la misma historia, y cada año hay que rectificar. Hace 12 años consecutivos que Arantxa Sánchez Vicario disputa el Masters femenino y hace al menos dos que da la sensación de que no va a clasificarse. Sin embargo, por una u otra razón Arantxa acaba entrando en el torneo que reúne a las 16 mejores de la temporada. Y este año no será la excepción. La tenista catalana, de 30 años, jugará su 13º Masters a partir de mañana en el pabellón olímpico de Múnich.
Lo hará gracias a las ausencias de Venus Williams, que prefiere no moverse de su casa y centrarse en los cursos de diseño que está realizando; Martina Hingis, operada de un tobillo, y Monica Seles, que se niega a jugar en Alemania. Pero lo hará. Debutará ante la francesa Nathalie Tauziat, que ha decidido abandonar definitivamente el tenis tras jugar la Copa Federación en Madrid. Arantxa ha ganado a Tauziat 11 veces de las 12 en que se han enfrentado. Pero la única victoria de la francesa se produjo en el último encuentro, el año pasado en octavos de final del Open de Estados Unidos.
Conchita Martínez, en cambio, pone esta temporada punto final a una serie ininterrumpida de 12 participaciones en el Masters. Ella y Arantxa debutaron en 1989. Sin embargo, mientras Arantxa jugó la final en 1993, la aragonesa no logró pasar de los cuartos de final.
El Masters estará más marcado por las ausencias que por las presencias. Faltarán algunas de las jugadoras que más atractivo tienen para los espectadores. Además de las tres ya citadas, tampoco estará la rusa Ana Kurnikova, que apenas ha jugado esta temporada por culpa de las lesiones (se rompió una pierna).
Sin embargo, sí competirán las estadounidenses Jennifer Capriati, ganadora de dos Grand Slam de este año (Open de Australia y Roland Garros), y Lindsay Davenport, que partirán como las dos primeras cabezas de serie. En el grupo de candidatas a la victoria estarán la francesa Amelie Mauresmo y las belgas Justine Henin y Kim Clijsters. La aportación de Serena Williams constituye una auténtica incógnita.
