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Crítica:COMER
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El gran lujo de los huevos estrellados

LOS HUEVOS DE LUCIO una nueva taberna en la madrileña Cava Baja

En plena Cava Baja madrileña, justo enfrente de su renombrada casa de comidas, escenario grandilocuente de la vida social de Madrid, hace pocos meses que el popular Lucio Blázquez inauguró esta recoleta taberna, resquicio de desahogo de su concurrido establecimiento. Tasca de hechuras castizas, puesta al día en lo relativo a la oferta de vinos, con siete mesitas al fondo de la barra y otras cinco en la planta baja, sin otra pretensión que servir cañas y copas con algunos embutidos, además de sus famosos huevos rotos con patatas. Tan contundente ha sido la respuesta que en estos momentos el local actúa como bar a la vez que restaurante.

Bajo la dirección de su hijo, Javier Blázquez, a los platos clásicos del inefable Lucio se han sumado algunas ensaladas y tapas, varios montaditos y postres. Todo concebido para compartir de forma desenfadada. Oferta muy descafeinada en relación con la casa madre, aunque a precios más comedidos.

LOS HUEVOS DE LUCIO

5,5. Cava Baja, 30. Madrid. Teléfono: 913 66 29 84. Cierra martes. Precio: entre 3.000 y 4.000 pesetas. Berenjenas crujientes con salmorejo, 1.200. Callos a la madrileña, 1.150. Patatas con huevos Lucio, 1.300. Pan perdido con natillas, 675. Pan ... 6 Café ... 4 Bodega ... 6 Ambiente ... 5 Servicio ... 5,5 Aseos ... 6

En horas punta, sobre todo por las noches y en especial los fines de semana, la música ambiental y el ajetreo de los camareros lo convierten en un festival de ruidos. Aun así merece la pena. Su plato estrella, los huevos con patatas, magistral por su simplicidad extrema, se desdobla en otros cuatro con sólo añadir jamón, chistorra, beicon o pisto manchego. Un lujazo de la cocina tradicional española.

Berenjenas fritas

No están mal las croquetas, de masa suave aunque de estética horripilante, cortadas en cuadrados para ahorrar manipulado, y son deliciosas las berenjenas fritas, secas, crujientes, perfectamente fritas en aceite limpio, fieles a la versión del restaurante El Churrasco de Córdoba. Tampoco faltan los callos a la madrileña, de muy buena nota. ¿Por qué se les añade morcilla asturiana? Ni desmerece el solomillo salteado con ajetes tiernos, muy agradable, o los chipirones salteados con setas y espárragos, propuesta interesante. Especialidades tabernarias a las que se suman el jamón y el lomo ibérico, la morcilla de Burgos, el bonito con tomate y las gambas a la andaluza.

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De postre, tres sugerencias de carácter, espuma de queso, pan perdido con natillas y tarta de manzana, que resultaría mucho mejor si no se presentara casi helada. El café, pésimo, sólo se sirve al mediodía y proviene del local de enfrente, mientras que la bodega, de apreciable enjundia tratándose de una taberna, contiene marcas apabullantes. En la barra se sirven por copas los vinos de la semana. Aunque la selección se centra en La Rioja y Ribera de Duero, hay grandes botellas de otras zonas. Conviene recordar que no admiten reservas.

UNA CALLE PARA TAPEAR

SI LA BARRA de Los Huevos de Lucio es un lugar recomendable para degustar cualquiera de sus especialidades, no son menos interesantes otros locales próximos situados en la misma Cava Baja o en callejuelas aledañas. En primer lugar, la propia Casa Lucio (Cava Baja, 35), casa de comidas de lujo. En su diminuta barra de entrada se sirven buenos embutidos, jamón ibérico, ostras, callos y queso manchego añejo. Un lugar donde se tapea codo con codo con políticos, financieros y gente de la farándula. No lejos se encuentra La Posada de la Villa (Cava Baja, 9). En su barra sólo se sirven raciones y cada copa lleva implícita una tapa. Destacan los aros de cebolla frita, las verduras y setas a la plancha, las patatas con alioli y las croquetas caseras. Otro lugar es Taberna del Almendro (Almendro, 13), interesante por su decoración y el punto de sus especialidades. Las tapas se encargan en un mostrador, y las bebidas, en otro contiguo. Cuando la comida está lista, el cocinero avisa con una campanilla. Los propios clientes actúan de camareros. Son recomendables sus almendritos (minibocatas), las roscas y cualquiera de sus platos de cocina. Como norma es mejor visitarlo al mediodía. Por las noches se llena a rebosar y casi se vuelve inaccesible. También es de destacar la Taberna de Cien Vinos (Nuncio, 17), local tan coqueto y bien decorado como desagradablemente ruidoso. Cada semana ofrece una selección de vinos por copas de diferentes denominaciones de origen españolas. Se acierta con la brandada de bacalao, el pincho de salmón, el pastel de puerro y la cecina aliñada.

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