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Reportaje:

Los ataques apuntalan los mercados

La Bolsa de Madrid supera los niveles previos a los atentados, apoyada en los valores de telecomunicaciones

En la semana de inicio de los ataques de Estados Unidos sobre Afganistán se ha producido una fuerte recuperación de las bolsas mundiales que se colocan en niveles previos a los atentados terroristas del 11 de septiembre. Eso sí, hay sectores como el hotelero, petrolero y aeronaútico que no han conseguido salir de las fuertes pérdidas. Las telecomunicaciones lideran la recuperación.

Amadeus (-36,91%) y Telefónica Móviles (+40,48%) son la cruz y la cara de la Bolsa española tras los atentados terroristas
Los analistas han recibido bien las medidas económicas de bajar tipos, inyectar dinero y recortar los impuestos

Las bolsas mundiales han conseguido eliminar buena parte de las pérdidas acumuladas desde los atentados terroristas del pasado 11 de septiembre sobre Nueva York y Washington. Los mercados mundiales se hundieron al conocerse los atentados, mientras las bolsas estadounidenses permanecieron cerradas hasta el lunes 17 por la imposiblidad material de operar en Wall Street, en el corazón de Manhattan. Esta semana ha sido decisiva en la mejoría, coincidiendo con el inicio de los ataques de Estados Unidos sobre Afganistán.

Los principales índices mundiales reaccionaban con alzas al comienzo de las hostilidades del pasado domingo.

En el caso concreto de la Bolsa española, el índice general del mercado madrileño superó este jueves -último día hábil-, con 751,11 puntos, el nivel del 10 de septiembre, cuando cerró en 749,52 puntos. Al selectivo Ibex 35, que terminó en 7.553,10 puntos, todavía le faltan 125 para superar esta crisis. También el tecnológico Nasdaq estadounidense se encuentra por encima del nivel previo a los atentados, mientras que el Dow Jones se encuentra ligeramente por debajo.

Pero esta recuperación del mercado español ha sido muy selectiva. Como siempre, los distintos pesos de los valores en la formación de los índices es muy decisiva. De los 35 valores que componen el Ibex, sólo 9 están por encima de su precio de antes de los ataques terroristas. Se trata de Acesa, Banco Popular, Altadis, Inditex, Indra, Sogecable, Telefónica, Telepizza y Telefónica Móviles. El resto de valores ofrece signos negativos en este periodo de un mes.

El mayor alza corresponde a Telefónica Móviles, con el 40,48% de revalorización, seguida por Indra, con una subida del 13,38%. Ahora bien, el alza del 10,72% en Telefónica, con su elevado peso en la marcha del índice, explica el buen comportamiento de este indicador. Y eso que los inversores han castigado también a los valores con intereses en Latinoamérica por las dificultades de la economía argentina.

Las telecomunicaciones y determinados valores defensivos han sido, pues, los artífices de este rebote en la fuerte caída que vivieron las bolsas. Sin embargo, la crisis ha dejado importantes secuelas en determinados sectores que tardarán en mejorar.

Importantes secuelas

El mayor descenso lo registra la sociedad de reservas aéreas Amadeus, que ha perdido en este periodo el 36,91% de su valor bursátil, seguido por la aeronáutica Gamesa, con un descenso del 24,68%. El NH Hoteles y Sol Melía, pertenecientes a un sector muy afectado por la crisis actual como el turístico, también registran pérdidas superiores al 10%. El resto de valores ha registrado moderados descensos respecto a sus cotizaciones de hace un mes y sobresale negativamente Bankinter, que ha perdido el 14,45%.

En el resto de mercados mundiales se han seguido las mismas pautas inversoras. Castigo para los valores más afectados, como el turismo, las aeronáuticas y los seguros, y mejoría de telecomunicaciones. El sector petrolero se ha visto negativamente afectado por las rebajas en el precio del petróleo, que responden a una menor actividad mundial. La española Repsol ha sido una de las más castigadas al perder el 10,83% de su valor en el último mes.

Evolución uniforme

Así, las bolsas mundiales han tenido un comportamiento muy uniforme, siempre pendientes de la apertura de las bolsas estadounidenses, que marcan la tendencia al interpretar los acontecimientos bélicos que se van conociendo.

El dinero, por paradójico que parezca, va reduciendo las incertidumbres que han acogotado las bolsas. Una de las principales era que el conflcito no se extendiese a otras áreas geográficas. En la medida que los ataques estadounidenses no se salieron del terreno afgano, las bolsas se permitieron subidas apreciables durante esta semana.

Pero, además de los factores bélicos, hay razones económicas que explican este inesperado optimismo en medio de un conflicto armado de consecuencias imprevisibles. Los inversores están valorando positivamente las medidas que se han tomado para reactivar las economías, medidas que preferentemente han venido desde Estados Unidos.

Desde el conflicto, Estados Unidos ha bajado dos veces los tipos de interés, hasta colocarlos en el 2,50% anual, su nivel más bajo en los últimos 39 años. Europa realizó una bajada de tipos, que ahora están en el 3,75%, apoyando a los mercados estadounidenses en su apertura el pasado 17 de septiembre. Unas rebajas en el precio del dinero que buscan dar impulso a la economía y que el nivel de créditos no sea impedimento para la inversión y el consumo. Una decisión que se apoya en las malas consecuencias que tuvo para la crisis bursátil de 1929 el mantenimiento de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal.

La parte cuantitativa de esta rebaja de los tipos consistió en inyectar liquidez al sistema, dando a los bancos el dinero que solicitasen. Hubo otras determinaciones propias del mercado estadounidense, como permitir la adquisición de acciones propias por parte de las sociedades con el fin de evitar un descalabro importante, sobre todo en las primeras jornadas de mayor pánico de los ahorradores. Además de esta decisión más anecdótica, Estados Unidos también estudia una importante rebaja de impuestos para los próximos tres años, que facilitaría la recuperación.

Esta semana se han escuchado mensajes del presidente de Estados Unidos, George Bush, en el sentido de animar a los estadounidenses a consumir como garantía para que la economía se recupere. Un consumo que representa las dos terceras partes de la generación de riqueza de la primera potencia económica mundial.

Todas estas medidas económicas han gustado mucho a los analistas de las bolsas. La situación es difícil porque el conflicto bélico coincide con una desaceleración profunda de la economía norteamericana, pero los primeros pasos parecen los correctos. Expansión por vía de tipos bajos y de menores impuestos se entienden positivos y, hoy por hoy, los desequilibrios que en un futuro se puedan producir por estas decisiones pasan a ocupar un segundo plano.

Por último, existe un factor que ha propiciado esta recuperación de los mercados y que, lógicamente, es el más controvertido. Las bolsas mundiales vienen de un año 2000 de descensos, y en lo que va de ejercicio se acumulan importantes pérdidas en un ajuste de los precios de las acciones a una situación económica más negativa.

La inversión en Bolsa está soportando importantes primas de riesgo que se desconocían en décadas. La gran incógnita es si estos recortes han dejado ya los mercados lo suficientemente baratos para entrar o todavía se puede comprar más barato si se tiene paciencia para esperar.

Pues bien, esta incógnita sólo se despejará de acuerdo a cómo reaccionen las economías en los próximos meses. Éste es el reto que ahora se plantea a los inversores en acciones. Hay elementos para considerar que las bolsas se encuentran muy baratas y que colocar ahora el dinero será un negocio muy boyante a seis meses o un año vista.

Los resultados de las compañías son determinantes, pues ellas resumen con sus beneficios o pérdidas cómo afecta la economía a sus actividades. Esta semana, en Wall Street se conocían datos malos en compañías, pero mejores de lo esperado. Si se ha dibujado un panorama muy negativo, recogido en los actuales precios y luego la realidad no es tan mala, las acciones deberán remontar con fuerza. De lo contrario, hasta estos precios resultarían caros. Por ello, si las medidas económicas antes apuntadas dan buenos resultados, se asistiría a un fuerte tirón alcista en las bolsas mundiales antes, incluso, de acabar el año.

Elegir entre caídas o pérdida del poder adquisitivo

El año está siendo especialmente complicado para inversores y ahorradores. Únicamente aquellos que han colocado al comienzo de año su dinero en renta fija obtienen plusvalías por la subida de los precios de los bonos, que se colocan en torno a un 6%, un porcentaje que resulta especialmente atractivo si se compara con el resto de lugares donde colocar el dinero. En la Bolsa, los indicadores siguen ofreciendo el signo negativo y de los 35 valores que conforman el índice Ibex, 27 han dado pérdidas a los inversores en lo que va de año. Tampoco los mercados internacionales de acciones han sido la solución, ya que la práctica totalidad se encuentra en negativo. Unas caídas que son muy abultadas en aquellos mercados especializados en valores de la llamada nueva economía. El ahorro sin riesgo no escapa a esta tendencia negativa del dinero. Las últimas rebajas de los tipos de interés han llevado al precio del dinero en Estados Unidos a situarse al 2,5%. Este nivel es inferior al de la inflación interanual, que se coloca en el 2,7%. Por tanto, con los actuales tipos a plazo de un día no se consigue siquiera que el dinero no se deprecia con la subida de los precios. En el caso de España, la inflación interanual -con los datos publicados esta misma semana- se coloca en el 3,4%, con un precio del dinero marcado por el BCE del 3,75%. Si al interés que se obtiene ahorrando en una cuenta corriente o un depósito se le resta la inflación y luego los impuestos, ahorrar termina siendo un pésimo negocio.

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