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El puente se inicia con 20 kilómetros de retenciones entre Vic y Ripoll

Las carreteras de acceso al Ripollès, la Cerdanya y Andorra sufrieron ayer uno de los colapsos más importantes que se recuerdan. El Eix del Llobregat -la C-16, según la nueva nomenclatura de la Generalitat- fue la vía más afectada y registró hasta 46 kilómetros de retención y circulación saturada por la mañana.

A mediodía, los problemas remitieron en la mayoría de tramos, pero aún continuaban los parones entre Gironella y Berga, y la entrada a Andorra continuaba colapsada. Los problemas se mantuvieron hasta las 18.00 horas en el Eix del Llobregat y a esta misma hora, en Andorra, aún había 10 kilómetros de retención.

Si en un día laborable, se emplean dos horas para ir de Sallent a Andorra, ayer se podían emplear hasta cuatro. Ante el colapso, el Servicio Catalán de Tráfico de la Generalitat instalará mañana conos desde Cal Rosal (Berga) hasta Sallent (Bages), para habilitar dos carriles en dirección Barcelona.

Hubo también 20 kilómetros de retención entre Vic y Ripoll, y problemas de circulación densa en la N-II, en Jorba (Anoia) y en la C-14, en Organyà, además de en la N-145, que une La Seu y Andorra, donde los coches estaban parados. El colapso se inició a primera hora de la mañana y fue intenso hasta las 15.00 horas. Después disminuyó la intensidad, aunque perduraron algunos problemas sólo en la C-16 hasta las 18.00 horas.

La situación se agravó poco después de las 10.00. Un accidente entre un turismo y una moto con el resultado de un herido leve causó que el Eix del Llobregat quedase cortado durante 20 minutos poco antes de Berga. El atasco no respetó ni los servicios urgentes, como el paso de ambulancias, ni las urgencias ocasionales de un par de novias que se encontraron atrapadas el día de su boda.

Adrià Puigpelat, responsable del Servicio Catalán de Información Viaria, admitió que ante el colapso se planteó la posibilidad de conificar el Eix del Llobregat en sentido ascendente, una medida que no se ha aplicado nunca porque los técnicos temen que simplemente traslade el problema unos kilómetros, ya que a partir de Berga los túneles imposibilitan que se pueda convertir la actual calzada de dos carriles en una de tres. Por este motivo ayer se desestimó.

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