El eterno retorno de Status Quo

El mundo sigue su marcha pero Status Quo no varía un ápice. El inoxidable grupo británico celebra el cambio de siglo con Famous in the last century, 15 canciones clásicas del rock y el blues machacadas al viejo estilo, que ayer presentó en Madrid. En la portada, los cinco aparecen al lado de Elvis, Lennon, Thatcher, Mandela o Churchill. Explica Rick Parfitt: 'Es una ironía sobre esa tendencia a desechar todo lo antiguo. Puedes reírte de Winston Churchill pero, de no ser por su resistencia a Hitler, ahora hablaríamos alemán y saludaríamos con el brazo en alto'. 'Muy cierto, mister Parfitt', le responde Francis Rossi. Se ríen y acuerdan no ponerse muy serios. Aunque sí ha cambiado su talante. Parfitt pudo ser procesado en 1995 por conducir borracho y poseer cocaína pero ahora forma parte del club de los regenerados: aleja de su mesa los ceniceros. ¿Ya no le gustan las drogas? '¡Al contrario, nos gustan demasiado y hay que apartarse de la tentación!'. Rossi, el otro miembro fundador de Status Quo, igualmente guitarrista y cantante, todavía conserva viejos hábitos: recoge granos de azúcar con el dedo y se los restriega distraídamente contra las encías. 'Es que llegamos a las drogas muy tarde. Cuando empezábamos, tocábamos pop psicodélico y todo el mundo suponía que experimentábamos con LSD. Y éramos tan inocentes que creíamos que ésas eran las iniciales de libras, chelines y peniques'.

Tras sus inciertos inicios, Status Quo encontró su filón en el boogie, reiteración del blues rápido que se prestaba a sacudir melenas y tocar guitarras invisibles. Al menos, ésos eran los ritos de sus seguidores, que a principios de los setenta se bautizaron como The Quo Army: 'Un nombre curioso, El Ejército de Quo. Hubo compañeros de colegio que se alistaron por aquello de 'conocer mundo' y terminaron desquiciados; tenemos incluso alguna canción sobre eso. Y ya ves, ahora estamos en guerra y nos dicen que mejor no referirnos a lo militar'.

Explican que la situación internacional ha dejado al rock y al pop británicos en una situación ruinosa, 'ya no se puede pensar en giras fuera de Europa. Bueno, a nosotros nos afecta menos: hemos vendido más de 100 millones de discos sin el mercado americano'.

Como recuerda la portada de su último CD, ellos están en activo desde 1965 y esa longevidad les permite asumir sus equivocaciones. En 1996, denunciaron a la BBC, cuya Radio 1 había cambiado de orientación y se negaba a programar sus discos y los de otros compañeros de generación. 'Fue un escándalo y llegó al Parlamento: la emisora bandera de la BBC no pinchaba ni a los Rolling Stones. Nos irritaba particularmente ya que Radio 1 solía llamarnos para que encabezáramos los conciertos con los que celebraban sus aniversarios. Igual que no se acepta el racismo, tampoco se debe tolerar la discriminación por edad, el edadismo, y menos en un medio público. Aunque fue un enfrentamiento estúpido, ya que quedamos como llorones. De todas formas, Radio 1 se dedica a poner lo que está de moda y ha bajado de 20 a seis millones de oyentes; nosotros sonamos en Radio 2, que tiene más público'.