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CiU maniobró para reducir el debate de la moción de censura a un solo día

Los nacionalistas pretendían restar protagonismo a Maragall

Convergència i Unió (CiU) intentó buscar la aquiescencia del Partido Popular (PP) para comprimir el debate de la moción de censura a un solo día y así restar protagonismo al líder socialista Pasqual Maragall. Los esfuerzos de los nacionalistas no consiguieron sus frutos. Primero porque toparon con la negativa de sus aliados parlamentarios del PP y segundo porque el mismo presidente del Parlament, Joan Rigol, se comprometió con el PSC a 'otorgar al debate de la moción la dignidad que le corresponde'.

Los nacionalistas catalanes querían aprovechar la ambigüedad del reglamento del Parlament para restringir todo lo posible el debate de la moción de censura. El reglamento no especifica los días que debe prolongarse la discusión en la Cámara. Tan sólo estipula que la moción de censura no podrá votarse antes de cinco días después de presentada. El único precedente, el debate de la moción que presentó Josep Benet en 1983 contra el Gobierno de Jordi Pujol, se prolongó durante tres días, el tiempo que duran los debates generales y las mociones de censura en el Congreso de los Diputados.

Como CiU y el PP disponen de mayoría tanto en la junta de portavoces como en la Mesa del Parlament -los órganos encaragados de organizar el debate-, los nacionalistas pretendían convencer a sus aliados para que secundaran la iniciativa. Fuentes del Partido Popular confirmaron que el portavoz de CiU, Ramon Camp, fue la persona que planteó esta posibilidad, aunque precisaron que 'todo fue tratado en términos muy informales'.

Los nacionalistas pretendían reducir al mínimo posible el impacto de la moción de censura en la opinión pública, lo que hubieran conseguido comprimiendo el debate en un solo día. De este modo, los titulares de los medios de comunicación de la mañana siguiente se hubieran centrado en la derrota de la moción o, presumiblemente, en el rechazo por parte de Esquerra Republicana.

Pero CiU vio frustrada su estrategia. No sólo el PP la rechazó. El propio Pasqual Maragall, a cuyos oídos habían llegado las intenciones de los nacionalistas, planteó esta cuestión a Joan Rigol en la entrevista que mantuvieron para anunciarle la moción de censura.

Fuentes parlamentarias confirmaron que Rigol, aunque no se comprometió en firme, aseguró al líder del PSC que el debate de la moción de censura será tratado 'con la dignidad que le corresponde y con el reglamento en la mano'. Para los socialistas, esta frase supone un compromiso en firme. Fuentes de CiU le restaron importancia.

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Alianza CiU-PP

El debate de política general que se inicia hoy en el Parlament revalidará la alianza que mantienen CiU y el PP, a pesar de los últimos encontronazos entre ambos partidos por el proyecto de ley de estabilidad presupuestaria, y la marginación de los nacionalistas en la renovación del Tribunal Constitucional. La alianza CiU-PP atraviesa uno de sus peores momentos. Los votos de ambos partidos se unirán para aprobar la mayoría de las resoluciones parlamentarias, aunque CiU intentará sacar adelante algunas con Esquerra, justamente para denunciar los arranques 'antiautonomistas' del PP y los socialistas.

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