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Lydia Delgado devuelve la confianza a la Pasarela Gaudí

El salón de moda catalán se clausuró ayer

Las creaciones de Lydia Delgado para primavera y verano de 2002 devolvieron la confianza a la Pasarela Gaudí, una cita que se está dejando ganar por el lado más comercial del diseño y que se clausuró ayer. Delgado se desmarca con piezas únicas para demostrar que el lado artístico de la moda debe formar parte de cualquier programa de futuro. Guillermina Baeza y Dolores Cortés presentaron sus colecciones de baño, con una vuelta a los valores clásicos, en el primer caso, y una estética transgresora e insolente, en el segundo.

Lydia Delgado tiene un espacio propio en el mundo del diseño y un estilo que no se pierde entre las distintas oscilaciones de la moda. Delgado se recrea en su mundo de costura, busca simbologías con las que poder expresarse y se vale de las fórmulas imperantes sin apenas dañar su estilo. Con este desfile ha demostrado que le importa la calle tanto como la pasarela y que en su tímido intento de marcar moda, expresión que seguramente le horrorizará, no trata de disfrazar la silueta, sino de vestirla impecablemente.

Delgado saca partido al color negro en sus previsiones para el verano que viene. En este sentido destacan sus vestidos de mínimas proporciones con enormes mangas al viento, faldas largas de gasa recortada y tops que dejan la espalda al descubierto. Para el día se conforma con apuntes de tono urbano y cosmopolita, donde mezcla colores y materias, apuesta por la falda mini, pantalones pitillo y shorts ajustadísimos, dando forma a una silueta ceñida de hombros bien dibujados. Otra de sus sugerencias son las chaquetas de cóctel, presentadas con ampulosas faldas de organza y vaporosos pantalones de gasa. Para la fiesta, tops de encaje y vestidos de gasa con filigranas de pasamanería y cristales de colores. Aunque su toque más osado lo constituyeron sus dos últimos vestidos, que fueron pintados a mano sobre raso y coronados con aplique de tul negro.

Disidentes de la Cibeles

A partir de hoy y hasta mañana, en el Museo Nacional de Antropología de Madrid, los diseñadores de moda disidentes de la Pasarela Cibeles presentarán sus propuestas para la primavera-verano de 2002, informa Roger Salas. Hoy desfilarán Ángel Schlesser y Roberto Verino, y mañana, en solitario, Antonio Pernas. También hoy, ya por la tarde, Jesús del Pozo presentará su colección en el Palacio de Cristal del parque del Retiro de Madrid.

Todos estos diseñadores son miembros de la Asociación de Creadores de Moda de España, e individualmente manifiestan no estar en conflicto con Ifema ni con los organizadores de la pasarela oficial. Los desfiles disidentes esta vez no tienen ningún apoyo de Ifema y sí cuentan con la ayuda del IMADE en su sector de expansión internacional y de la firma de cosméticos Shiseido. En palabras de Schlesser, 'no hay fricción, sino distancias. Quizás la situación actual no sea la mejor en su conjunto, aunque individualmente sea buena para cada diseñador'. Su colección la define como 'urbana, pero romántica sin volantes'. Verino presentará una serie de ropas para hombre y mujer en la que el motivo central son los zíngaros.

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