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China formaliza su integración en la OMC después de 15 años de negociaciones

La Organización de Comercio debe ratificar la decisión en la reunión de Qatar en noviembre

Fernando Gualdoni

La Organización Mundial de Comercio (OMC) aprobó ayer el acuerdo definitivo para el ingreso de China tras 15 años de negociaciones. Los 142 miembros de la OMC votarán el acuerdo en la próxima reunión de la OMC en Qatar (9 al 13 de noviembre próximo) y 30 días después, una vez que Pekín ratifique el pacto, China estará oficialmente en la organización. En este momento, la economía china es la única boyante. En el segundo trimestre creció un 7,1%, cuatro veces la media mundial. El país es el séptimo mayor exportador y octavo importador del planeta.

El último escollo para el ingreso de China a la OMC se salvó el viernes pasado cuando la UE y EE UU lograron zanjar sus diferencias sobre las condiciones de acceso al mercado chino de seguros. Ahora sólo resta que los 142 miembros de la organización ratifiquen el acuerdo de algo más de 900 páginas que aprobó ayer la OMC en su sede de Ginebra. Los países tienen previsto dar su visto bueno definitivo en la cumbre que se celebrará en Doha (Qatar) entre el 9 y el 13 de noviembre. Para esta reunión la OMC se ha fijado dos grandes objetivos, uno es el de dar la bienvenida a China a la organización y el otro es el de lanzar una nueva ronda de liberalización del comercio mundial. La de Doha, será la primera gran cumbre de la OMC tras el fracaso de Seattle en diciembre de 1998.

Posible demora

La OMC está empeñada en llevar a cabo esta reunión a pesar de que los ataques terroristas a EE UU de la semana pasada ya han provocado la suspensión de la cumbre del FMI y el Banco Mundial. De momento, la cumbre de Doha sigue en pie, pero su celebración dependerá del desarrollo de los acontecimientos mundiales en los próximos días. Si la situación se agrava, es bastante probable que se busque otro modo para que el proceso de integración de China en la OMC concluya definitivamente. Si no, Pekín, que ha esperado 15 años por este momento, tendrá que aguardar un poco más.

La urgencia de que China entre en la OMC, tanto por parte de la organización como de la UE y EE UU, es fácil de comprender. Dentro de un panorama negro para las economías del mundo, industrializadas o en vías de desarrollo, China saca pecho. En el segundo trimestre de este año registró un crecimiento del 7,1% anual, casi cuatro veces lo que crece el resto del mundo. El gigante asiático mantiene este ritmo desde 1994, al margen de crisis financieras o energéticas. Está previsto que en 2001 el país crezca en torno al 7,2%, mientras que el mundo alcanzará el 2%.

Para las compañías extranjeras, sobre todo europeas y estadounidenses, el ingreso de China en la OMC representa el pistoletazo de salida para su expansión en un mercado de 1.300 millones de habitantes y con todos los sectores por conquistar. Tan pronto como Pekín rubrique el acuerdo, los bancos extranjeros, por ejemplo, podrán operar en divisa local (el yuan) con compañías extranjeras. Dos años más tarde podrán ampliar sus servicios a las empresas locales y, en cinco años, los chinos podrán tener cuentas en yuanes en bancos extranjeros. El HSBC, el banco extranjero con mayor presencia en China, tiene nueve oficinas, por lo que se prevé que las sucursales de bancos extranjeros aparezcan como hongos en los próximos años. Sin embargo, el éxito de su expansión también dependerá de que la renta per cápita de China aumente; a finales de 2000 era apenas de 870 dólares, frente a los 9.000 de Corea de Sur o los 30.000 de Japón. Para 2002 se prevé que llegue a 1.000 dólares.

Este muy paulatino ascenso de la renta mantendrá los bajos costes de producción por bastante tiempo, y ésta es un ventaja que muchas compañías aprovecharán para producir en China y exportar desde allí. Multinacionales como Ford y Siemens, con grandes dificultades para vender en casa, han decidido aumentar sus inversiones en China. El fabricante de coches invirtió 50 millones de dólares el mes pasado en su planta de Chongqing para incrementar su producción, y Siemens otros 60 millones para hacer más teléfonos móviles en su fábrica de Shanghai. Multinacionales de todos los sectores, sobre todo en los de telecomunicaciones, maquinaria y alimentación, planean aumentar su presencia en China debido a su ingreso en la OMC. En la primera mitad del año, la inversión extranjera directa en China creció un 38% frente al mismo periodo de 2000, hasta los 33.400 millones de dólares.

Long Yongtu, jefe de la delegación china ante la OMC, conversa ayer con el representante suizo, Pierre Louis Girard.
Long Yongtu, jefe de la delegación china ante la OMC, conversa ayer con el representante suizo, Pierre Louis Girard.AP

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Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

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