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Los restauradores achacan a la inseguridad ciudadana el descenso de su facturación

Estudio sobre los resultados del verano

El sector de la restauración catalana ha sufrido este verano un retroceso de su volumen de negocio debido a la inseguridad ciudadana, la pérdida de calidad del turismo y la falta de mano de obra cualificada, según un estudio del Gremio de Restauración de Barcelona. El presidente del gremio, Gaietà Farràs, que presentó ayer un estudio sobre los resultados de la temporada, aprovechó para advertir de la 'importante caída' que a corto plazo sufrirá el turismo catalán en general por efecto de los atentados terroristas en EE UU.

Pese a que el número de turistas no ha descendido en Cataluña, la facturación del sector ha caído dos puntos respecto al año pasado, cuando se facturaron unos 7.000 millones de pesetas al día, según cifras estimativas del gremio. Un establecimiento con un mínimo de tres empleados necesita facturar entre 30.000 y 40.000 pesetas al día por trabajador para salir adelante, explicó Farràs.

Uno de los factores apuntados por el estudio, elaborado a partir de 1.000 entrevistas a empresarios, es el 'clima de inseguridad que vive la ciudad de Barcelona', factor que, a juicio de la mitad de los responsables de bares, restaurantes y cafeterías de la capital catalana, ha influido directamente en el cambio de destino de muchos turistas.

Falta de mano de obra

Otro factor que ha incidido negativamente en el sector ha sido la falta de mano de obra cualificada, lo que ha motivado este verano el cierre de un 3% de los establecimientos del sector en Cataluña. Muchos de ellos han empleado extranjeros y en algunos el 80% de la plantilla está compuesta por inmigrantes.

Un tercer factor negativo es la pérdida de calidad del turismo. Cada vez hay más turistas dispuestos a gastar entre 2.000 y 3.000 pesetas al día, que desplazan a un segmento que en años anteriores gastaba hasta 6.000 pesetas diarias por persona. Además, otros factores que explican la caída de la facturación son la recesión económica mundial, los conflictos laborales e incluso la huelga de pilotos de Iberia.

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Pese a todo, el gremio cree que la temporada estival ha sido 'buena' porque se ha mantenido el número de clientes (el 38% extranjeros, el 47% procedentes de otras ciudades españolas y el 15% barceloneses). Se ha observado un cambio de la procedencia de los turistas, con un aumento de los procedentes de los países nórdicos.

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