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'Nunca los habíamos visto tan cerca'

Santiago Segurola

Había que verles con la cabeza rapada entre los kenianos y los etíopes, en medio de su batalla. En un momento histórico, la primera derrota de Haile Gebreselassie desde 1993, los españoles adquirieron un protagonismo imprevisto.

Fabián Roncero, el fondista que se apasionó con las carreras en el barrio madrileño de Canillejas, admira a los africanos, pero no tanto como para rendirse antes de competir. Está en su carácter, un poco ácrata, sin ataduras. Le habían aconsejado que, por un día, se frenase y no diera rienda suelta a su sentido de la aventura. Pero no lo hizo.

En el sexto kilómetro decidió tirar del grupo, una herejía pocas veces vista en unos Mundiales, en los que los 10.000 metros han sido un asunto particular de los kenianos, los etíopes y los marroquíes. ¿Qué pintaba un español allí? 'La cosa iba tan lenta que me dije: 'Voy a dar una vueltecilla por lo menos'. Y me lo pasé muy bien', comentó Roncero.

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No fue un tiro al aire. Tanto Roncero como José Ríos estuvieron toda la noche cerca de los intocables como Gebreselassie. 'Les tengo un respeto tremendo, pero no miedo. Nunca habíamos estado tan cerca de ellos', dijo Roncero, que ha basculado entre el maratón (42,195 kilómetros) y los 10.000. A él no le importa que le acusen de disperso. Simplemente, le gusta correr. Pareció el heredero natural de Abel Antón y Martín Fiz en el maratón, pero entró en crisis en Sevilla 99. Ahora ha regresado a los 10.000, tiene una de las mejores marcas europeas, 27m 14,44s, y es posible que enfoque su futuro hacia esta prueba. Pero no se olvida del maratón: 'Dentro de tres meses correré uno de los más importantes y luego me dedicaré a la pista, que se sufre menos. Yo estoy en esto porque me gusta, porque disfruto y porque me pagan'. Por si acaso, de inmediato se dirigió al secretario de la Federación Española, José Luis de Carlos, para pedirle un aumento en la beca. 'Ahora disfruta de lo que has hecho. Ya habrá tiempo para hablar de dinero', le contestó el directivo.

Si Roncero se confesaba impresionado por la sensación de correr tan cerca de Gebreselassie, Ríos, el sexto, concluyó: 'Ha sido una gozada'. El año pasado recibió duras críticas por su actuación en la final olímpica de Sydney, en la que fue el último. En éste ha abandonado su trabajo en su carnicería de Premiá de Dalt (Barcelona) para dedicarse de lleno al atletismo.

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