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Crítica:LAS VENTAS | LA LIDIA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

¡Qué corrida de toros en verano!

La corrida del verano y de mucho tiempo, más que nada para los toreros, pues debieron cortarles las orejas a casi todos, y tan sólo Óscar Higares fue capaz, en el sexto, de arrancar una oreja, que supo a poco, dado el juego, son y nobleza que el toro desarrolló. Muy bien por el ganadero.

Mondéjar recibió a su primero con unos lances movidos que tuvieron su interés por el pitón derecho y una media verónica de color belmontino. La faena de muleta tuvo muchas dudas, faltó asentamiento, y sólo se estiró por el pitón derecho. Voluntarioso y breve, el trasteo se acabó enseguida. Estuvo bien con la espada. Y, a fin de cuentas, quedó inédito el toro, algo reservón y cumplidor en el caballo.

Escolar / Mondéjar, Camino, Higares

Toros de José Escolar. Bien presentados, de irreprochable trapío 2º y 6º; dieron un juego excelente en el último tercio. Casta y nobleza. Antonio Mondéjar: estocada trasera a capón y descabello (silencio); tres pinchazos, estocada caída -aviso- y descabello (leves pitos). Rafael Camino: dos pinchazos, estocada tendida -aviso- y dos descabellos (silencio); estocada perdiendo la muleta, descabello -aviso- y descabello (ovación). Óscar Higares: pinchazo hondo caído, casi entera tendida (silencio); pinchazo en hueso y estocada (oreja). Plaza de Las Ventas, 29 de julio. Casi media entrada.

Mal para el torero murciano en su segundo, un toro noble que era casi un regalo por los dos pitones. Bien lidiado por Villalpando, el burel llegó al tercio de muleta con son y pidiendo buena disposición, temple y ligazón. Mondéjar lo pasó por ambos lados sin ajuste, por las afueras, las zapatillas ligeras. Sólo al final se enteró y consiguió algún natural que supo a muy poco. Se le fue el buen toro noble sin serle cortadas las orejas, que ofrecía en bandeja al matador de turno.

Rafael Camino, en el saludo de capote a su primero, le echó bien el percal abajo y a continuación le enjaretó unas verónicas de factura irregular, pero que por el pitón derecho dejaron ver sus templadas maneras. El bonito toro de Escolar, en el último tercio, embistió largo y suave por el pitón derecho, el único por el que Camino toreó en cinco tandas de muletazos, que, resultando algunos templados y con gusto, no acabaron de estar a la altura del encastado burel, de trapío sin par. No se echó la muleta a la izquierda en ningún momento. En su segundo, Rafael Camino dejó escapar una oportunidad de salir de la oscuridad de los puestos olvidados del escalafón. Un excelente colaborador de los albaserrada de Escolar, le puso en sus manos nobleza y calidad en la embestida, y Camino se eternizó, sin ser capaz de ligar una tanda. De todas maneras logró muletazos en los que se vio el empaque del que no está falto y un temple, cuando asegura las zapatillas en el albero, que es grato contemplar. Se entregó en la suerte suprema y salió con la taleguilla rota a la altura del muslo derecho.

Óscar Higares, a su primero, lo entendió con el capote y lo llevó despacio por los dos pitones, sin demasiada relevancia. Hizo una buena pelea en el caballo el toro y en el tercio de muleta tuvo embestidas largas y templadas, aunque, por desgracia, no estaba sobrado de fuerzas. Higares no terminó de aprovechar los pocos buenos viajes del toro. Se equivocó al doblarse muy por bajo en los primeros muletazos de tanteo. Tres tandas por la derecha y una solitaria serie de naturales. No estuvo fino con la espada, que es garantía del torero madrileño.

El sexto de la tarde no desmereció del resto: fue muy bueno para el torero a la hora de coger la muleta y decir eso de ¡aquí estoy yo! Óscar Higares estuvo, y al final le cortó una oreja por un espadazo bueno al segundo intento y porque en las postrimerías de la faena se dio cuenta de las bondades del burel y se paró con él para interpretar una soberbia tanda de naturales. La faena había sido irregular. Por los dos pitones buscó el éxito, a veces templado y otras no tanto. Se gustó en los pases de pecho y utilizó el estoque con el buen estilo de estoqueador que acostumbra a ofrecer.

Todos los toros, salvo el tercero, fueron aplaudidos en el arrastre. La afición salió contenta y el ganadero puede estar más que satisfecho.

Óscar Higares, durante la faena a su primer toro.
Óscar Higares, durante la faena a su primer toro.RICARDO GUTIÉRREZ
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