La rebelión de la vieja guardia
Durante dos décadas el anticastrismo radical encarnado en la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) ha sido una fuerza de intimidación en la vida política, social y económica de Miami, y ayer la ex portavoz de esa organización admitió haber sido víctima de esa misma táctica: 'Hoy he recibido una llamada diciéndome que tienen dinero suficiente para comprar cualquier medio en el que yo pueda hablar, pero quiero que sepan que no me van a intimidar'. Ninoska hablaba en su programa de la emisora La Cubanísima, que ha servido de púlpito para orientar al exilio cubano sobre a qué o quién debían aplaudir o a quien debían repudiar.
La dama de la Fundación, conocida por su verbo afilado salió a defender su honra política como fiel discípula del prócer Jorge Mas Canosa, y a deshonrar a su hijo, Jorge Mas Santos: 'Es un mentiroso. No estoy dispuesta a ser parte de una organización en la que las personas que están en ella le van a hacer daño a Cuba'.
Ella es uno de los miembros de la vieja guardia que han mordido el anzuelo de Mas Santos. Se debió haber dado cuenta de que la renovación iba en serio cuando hace meses la desbancó de su cargo de portavoz. Pero Ninoska y otros históricos se resistieron a creerlo a pesar de que Mas Santos iba expulsando a quienes se oponían a la modernización.
Ahora la sangre puede llegar al río a juzgar por la guerra abierta que se libra en Miami. De momento va camino de los tribunales, al mejor estilo estadounidense, porque el guardaespaldas de Mas Canosa, ha registrado oficialmente la FNCA a su nombre y se ha erigido presidente. Mario Miranda lo ha podido hacer por un descuido de la actual directiva, que dejó expirar el plazo de dos años que establece la ley de Florida para renovar la propiedad de las corporaciones.
Mas Santos dice que peleará en los juzgados, pero el asunto no le quita el sueño porque hace tiempo que registró otra corporación a nombre sólo de su familia. Legalmente la organización conocida como FNCA está operando en un limbo.
