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El visto bueno de Bruselas permite que Babcock se privatice este mes

Gabriela Cañas

La privatización de Babcock Wilcox (B & W) se cerrará este mes, después de que la Comisión Europea diera ayer el visto bueno a la mayor parte de las ayudas estatales que recibió la fabricante vasca de bienes de equipo desde los ochenta. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que posee el 100% de las acciones de Babcock, espera completar el proceso de privatización de la compañía este mismo mes. Para ello, sólo falta que el Consejo de Ministros dé el visto bueno a la operación, un mero trámite para formalizar la venta definitiva de B & W a la alemana Babcock Borsig AG por 7.487 millones de pesetas.

La operación, que contempla la creación de una nueva sociedad que absorberá los activos e integrará a 650 de los 1.130 trabajadores de la compañía vasca, estaba pendiente de la decisión de Bruselas sobre las ayudas de Estado que recibió la empresa y que finalmente se produjo ayer.

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La Comisión Europea considera que la mayor parte de las ayudas estatales recibidas por Babcock Wilcox Española son compatibles con el mercado común, pero ha decidido también prohibir una parte de dichas ayudas: las que las autoridades españolas pretendían conceder ahora a la actividad en curso de la empresa.

138.100 millones en ayudas

El total de dichas ayudas asciende a 138.100 millones de pesetas y algunas partidas datan de años anteriores a la incorporación de España a la UE. La partida que Bruselas ha decidido prohibir asciende a 3.567 millones de pesetas y la Comisión considera que tal desembolso 'se produce en una fase muy próxima al mercado', lo que 'podría falsear de forma considerable la competencia en una medida contraria al interés común'.

El grueso de las ayudas percibidas por Babcock Wilcox son, según Bruselas, conformes a las directivas comunitarias sobre ayudas de Estado de salvamento y reestructuración de empresas en crisis. Babcock Wilcox Española, empresa de ingeniería y construcción del sector de los bienes de capital, que suspendió pagos en 1978, es en la actualidad filial al 100% de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).

Con su decisión, Bruselas da luz verde a un largo y complejo roceso de privatización, que se ha acompañado de un empeoramiento de la situación de la compañía. Entre 1990 y 1999, Babcock Wilcox registró unas pérdidas de 98.107 millones de pesetas. Desde que la SEPI abrió el proceso de privatización, a principios de 1998, la empresa vasca ha tenido muchas novias. Entre ellas, Duro Felguera, Mac Dermott y la multinacional anglo-noruega Kvaerner, la candidata favorita de la SEPI. Después de cinco años de incertidumbre y a la espera de que Bruselas se pronunciera sobre las ayudas, Babcock Borsig se ha hecho con la empresa.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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