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Washington desautoriza una declaración de Powell sobre Oriente Próximo

El secretario de Estado, a favor de los observadores

Powell aseguró que esta fuerza debe cumplir una doble misión: supervisar el alto el fuego decretado hace dos semanas en la zona y tutelar a continuación la aplicación de las recomendaciones de la Comisión Internacional Mitchell. Un alto responsable del departamento de Estado de EE UU que quiso permanecer en el anonimato, desmintió según France Presse el respaldo de Powell al plan de Arafat matizando que 'no utilizó la palabra internacional, ni la palabra fuerza'.

El apoyo de Powell al establecimiento de observadores internacionales sobre el terreno supone un importante soporte para las reivindicaciones del Gobierno palestino, que desde hace varios meses trata de atraer a la zona la presencia de una fuerza independiente que diagnostique la situación y garantice la continuidad de la tregua decretada por los beligerantes desde el pasado 13 de junio. Al suscribir las tesis de los palestinos, el secretario de Estado se enfrentaba de manera abierta al Gobierno israelí, que de manera radical se ha opuesto a cualquier injerencia internacional en el conflicto y ha rechazado una y otra vez la petición de Arafat de desplazar fuerzas extranjeras, ya que, en su opinión, ello significaría 'internacionalizar' un problema que Israel trata resolver como un conflicto interno.

'Creo que es necesario establecer controladores y observadores de EE UU, de la UE o de la ONU para que vayan a los puntos de fricción y procedan a efectuar observaciones independientes', aseguró Powell ante los aplausos del propio Arafat, que, a su lado, recordó que semanas atrás había sido posible establecer un alto el fuego en el frente de Belén gracias a la presencia de observadores de la UE. En el supuesto de que se decidiera el despliegue de esos observadores internacionales en los territorios autónomos, Powell debería convencer de la idea al primer ministro israelí, Ariel Sharon, que no sólo se opone a ese despliegue, sino que además se niega a continuar avanzando en el proceso de pacificación mientras haya un 'solo tiro' y continúen existiendo 'brotes de violencia', lo que incluye incluso el lanzamiento de piedras.

Powell, atrapado por las exigencias israelíes, que piden que haya un alto el fuego previo y total, y las prisas de los palestinos, que reclaman pasar al estadio siguiente en el que se apliquen medidas políticas, trataba ayer de contentar a unos y otros y aseguraba: 'No hay que avanzar muy deprisa para evitar un fracaso, pero tampoco dilatar excesivamente el proceso hacia la paz'. La visita de Powell ha sido acogida con muestras de desconfianza y protesta de los radicales palestinos, que organizaron en diversas ciudades de Cisjordania y Gaza manifestaciones de repulsa por las 'presiones de EE UU contra la Intifada'. 'Arafat no cedas a las presiones americanas', cantaron millares de voces en la ciudad asediada de Kalkilia, pero también en Gaza, Ramala o en los campos de refugiados de Jan Yunes, Jabalia o Balata.

Entretanto continuaron ayer los incidentes sobre el terreno; el más preocupante, en la zona de Jenin (Cisjordania), donde un vehículo de colonos fue tiroteado por francotiradores, que mataron a una mujer. El atentado coloca una vez mas a los colonos en pie de guerra, dispuestos a continuar presionando sobre Ariel Sharon, para que actúe con contundencia contra los palestinos y ponga fin a la tregua.

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