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La inflación europea se dispara al 3,4%, la tasa más alta desde 1993

Varios institutos rebajan la previsión de crecimiento en Alemania

La Comisión Europea apeló ayer a la subida de la energía y de los alimentos no elaborados para explicar el fuerte aumento de los precios, que se han disparado desde el 2,9% en abril al 3,4% en mayo pasado. Pero por primera vez, también la inflación subyacente -la que excluye los precios de la energía y de los alimentos no elaborados- superó en una décima el objetivo del 2% que se ha fijado el BCE.

Es una situación delicada, porque los síntomas de estanflación ponen en un aprieto a la autoridad monetaria europea. Mientras los altos precios siguen justificando la prudencia con la que el banco central maneja los tipos de interés del euro, los problemas de crecimiento de la economía ya no son meras conjeturas de los partidarios de abaratar el dinero para prevenir una caída de la actividad, sino una realidad anunciada por los ajustes a la baja de las previsiones oficiales y de los expertos.

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Los recortes en el crecimiento económico anunciados ayer no son baladíes. El instituto HWWA de Hamburgo ha reducido del 2,3% al 1,7% su pronóstico del crecimiento en Alemania. El Instituto para la Economía Mundial (IfW) de Kiel, aún más pesimista, baja del 2,1% al 1,3%. Y la asociación bancaria BDB admite que no se superará el 2%.

Pese a que las malas perspectivas alemanas han vuelto a dar fuerza a las demandas de un recorte de tipos en la zona euro, los datos de inflación siguen exigiendo cautela por parte del BCE. El presidente del HWWA, Thomas Straubhaar, recomendó prudencia al Banco Central Europeo, que a su juicio 'no va a ganar nada tomando decisiones precipitadas'.

El economista jefe del BCE, Otmar Issing, por su parte, reiteró ayer que no ve contradicción entre controlar los precios y fomentar el crecimiento. 'Sólo puedo reiterar que garantizar la estabilidad de precios sigue siendo la mejor contribución que puede hacer la política monetaria para que aumenten las inversiones, el crecimiento y el empleo', según declaró a Reuters. En su último informe mensual, el BCE hace hincapié en la desaceleración económica.

Cinco décimas más Pero en los últimos meses lo único que aumenta en la zona euro es la inflación. Los datos del mes de mayo, difundidos ayer por Eurostat, revelan una subida de cinco décimas en un mes que han llevado el índice armonizado anual hasta el 3,4%. El mal dato llevó a la baja lo mismo a las bolsas que al euro, que volvió a caer por debajo de los 0,86 dólares.

La evolución más alarmante de los precios se da precisamente en Alemania, donde suben del 2,9% en abril al 3,6% en mayo, lo que representa un alza de 2,1 puntos en un año. Francia ha subido cinco décimas, pero mantiene un aceptable 2,5%. España mejora su posición relativa, al pasar del 4% a 4,2%, aunque sigue teniendo el peor dato después de Holanda (5,4%) y Portugal (4,9%).

El diferencial de España con respecto a la zona euro se ha reducido desde los 1,1 puntos en abril, hasta los 0,8 en mayo. El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, ha insistido en los últimos días en que su objetivo es mantener el diferencial por debajo de un punto.

Fuera de la zona euro, el Reino Unido ha dado un considerable repunte de seis décimas, aunque se mantiene como el mejor de la Unión Europea con una tasa anual del 1,7%. Por sectores, las subidas más pronunciadas han estado en energía (8,6%), productos alimentarios (5,9%) y vivienda (4,1%). La subida energética se debe no sólo al aumento del petróleo (8%), sino al aumento del gas doméstico y de calefacción (17,8%).

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