_
_
_
_
_

Benoît Magimel, un 'duro' a la francesa

El actor obtuvo el premio de interpretación en el último Festival de Cannes

Hasta que se desveló el palmarés del último Festival de Cannes, eran muy pocos los espectadores que conocían el nombre de Benoît Magimel. Hoy es el ganador del premio de interpretación masculina del certamen, el hombre que le da la réplica a Isabelle Huppert en La pianista, también premiada por su intervención en la historia de una músico que necesita del masoquismo para sentir que vive lejos de las heladas cimas schubertianas.

Magimel dejó de ser un intruso en el mundillo del espectáculo hace ya bastante tiempo. Cuando tenía 12 años -de eso hace sólo 14- fue elegido para convertirse en Momó Groseille, el niño rico que, por error intencionado, es criado por una familia pobre en La vie est un long fleuve tranquille. Hoy dice que su trabajo como actor 'consiste en ir en busca de lo que hay de humano en cada personaje, seguirle la pista a la infancia'. La suya terminó en los platós, descubriendo que podía ganar dinero haciendo comedia al mismo tiempo que descubría que otros, sin ser protagonistas, ganaban más que él.

De su carrera profesional, que sólo incluye telefilmes y películas -'pero quiero hacer teatro porque sólo se sabe lo que es de verdad ser actor cuando se domina el escenario', afirma-, han de destacarse algunos encuentros afortunados. En 1987 debutó a las órdenes de Etienne Chatiliez. Luego supimos de su existencia gracias a André Techiné, que en Los ladrones (1996) le escogió para que fuese el hermano ladrón de Laurence Côte. En 1998, Diane Kurys le elige para que sea Alfred de Musset en Los niños del siglo, es decir, para que enamore a George Sand, que no es otra que Juliette Binoche. Entre Musset y Sand, en la pantalla, la pasión no prende, pero entre Magimel y Binoche, sí. Hoy viven juntos y la hija de la actriz -su segundo bebé- es de Benoît. Pero no hay que hablarle de eso. 'Es una cuestión que corresponde a mi vida privada y sobre la que no debo dar explicaciones'.

Pero si Kurys le presentó su amor, es Xavier Beauvois, en Selon Matthieu (2001), quien le presenta al fin su futuro como actor. En la cinta encarna a un trabajador normando, hijo de un obrero que muere poco después de saber que se ha quedado sin trabajo. La venganza de Magimel (Matthieu) es peculiar: enamora a la esposa del patrón, Nathalie Baye, para abandonarla luego.

En Selon Matthieu queda claro que Magimel puede ser un nuevo Delon o, mejor aún, un nuevo De Niro, que es un actor formidable, instintivo y muy técnico a un tiempo, y que tiene sobre todo un gran poder de seducción. En La pianista, como Walter Klemmer, mecha rubia sobre la frente, sonrisa inquietante en los labios, quiere ganarse a otra mujer mayor que él -Binoche, Baye y Huppert le llevan todas más de 10 años- pero no descubre hasta el final lo peligroso que resulta acercarse al volcán autodestructivo de Erika Kohut (Huppert).

'Cuando vi las anteriores películas de Haneke, me sorprendió la calidad de todas las interpretaciones' dijo Magimel en Cannes para explicar por qué había querido ser Walter Klemmer. 'La verdad es que el papel era un reto. No se trataba únicamente de que algunas de las situaciones fuesen difíciles de vivir, estaba seguro de que Haneke sabría cómo mostrarlas, sino del esfuerzo que me suponía aprender a tocar varias obras al piano en tan poco tiempo. No sé leer una partitura y tuve que memorizarlo todo, nota a nota. Fueron tres meses muy duros'.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_