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Tribuna:AJEDREZ | La evolución de un talento precoz
Tribuna
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El nuevo 'niño de Zafra'

Las victorias de Francisco Vallejo en el Campeonato del Mundo sub 18 y en el Memorial Capablanca, de La Habana, merecen nuestra más sincera felicitación e incitan a la nostalgia de tiempos pasados. España fue una de las vías de penetración del ajedrez en Occidente y puede mostrar una serie de referencias, únicas entre los países de su entorno cultural. La primera vez que aparece una referencia explícita al ajedrez es en el testamento -fechado en Tuixén, cerca de La Seu d'Urgell, el 28 de julio de 1010- de Armengol, conde de Urgell, hermano de Ramón Borrell, legando su ajedrez al convento de san Egidio.

La segunda joya del patrimonio español nos llega de la mano del rey Alfonso X, El Sabio, cuyo códice dedicado a los juegos -Ajedrez, dados, tablas y alquerque- está fechado, según consta en el éxplicit, en Sevilla, en 1283, un año antes de su muerte. El Libro del ajedrez ocupa las primeras 64 hojas de pergamino de las 97 que lo componen. Las 103 posiciones, o juegos departidos, como él les llamaba, que contiene están ilustradas con bellísimas miniaturas coloreadas. Otra estrella de primera magnitud es la impresión en Salamanca, hacia el otoño de 1497, del primer tratado de ajedrez moderno, cuyo autor, Lucena, era un estudiante, hijo de un converso y notable personaje en la Corte de los Reyes Católicos. El tratado se titula Repetición de amores y arte de ajedrez con CL juegos de partido y está dedicado al príncipe Juan. Contiene las nuevas reglas del juego, once capítulos dedicados a las aperturas y 150 posiciones de mate anunciado o juegos de partido, como dice Lucena, y es la primera noticia que se conserva del nuevo ajedrez y la primera vez que se exponen las aperturas tal y como hoy día las entendemos.

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Vallejo abre su futuro

La última gran referencia es el tratado de Ruy López de Segura, Libro de la invención liberal y arte del juego del ajedrez, editado en Alcalá en 1561. López se declara en la portada de su tratado 'clérigo, vezino de la villa de Çafra' y ello lo confirma Sebastián de Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana o española, Madrid 1611, donde en la voz Zafra, entre otras cosas, dice: 'Otra Zafra hay en Extremadura, donde hubo un muchacho que, siendo de muy poca edad, era tan gran jugador de ajedrez, que todos le reconocían la ventaja, y quedó el nombre del niño de Zafra'. Se le consideró el mejor jugador de su época. El tratado de López ya tiene las mismas características que los actuales, por la utilización de un método científico de análisis. La influencia de Ruy López en el ajedrez de su época fue enorme, ya que se conservan al menos siete manuscritos que son traducciones o copias. La traducción al italiano de Tarsia, editada en Venecia en 1584, dio lugar a su vez a un sinfín de traducciones al alemán, francés y otros idiomas.

Tras este breve recorrido por nuestro ilustre pasado, sólo queda volver a felicitar a nuestro campeón mundial y desear que la puerta que ha abierto a la esperanza de un futuro mejor se vea realizada.

Joaquín Pérez de Arriaga es historiador especializado en ajedrez.

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