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Reportaje:

La batalla del transporte

El plan de infraestructuras provoca enfrentamientos dentro del Gobierno

'Ventura [Francesc Xavier Ventura, director de la Autoridad del Transporte Metropolitano] tiene que seguir en su puesto muchos años porque le queda mucho trabajo que hacer'. El consejero de Política Territorial, Pere Macias, hizo estas declaraciones hace unas semanas en el Baix Llobregat, con motivo de la firma de un convenio relativo a las obras del Trambaix con alcaldes de la comarca. Nadie le había preguntado al respecto, pero fue inevitable que más de uno se preguntara, a continuación, por el sentido oculto de esas palabras.

El sentido resultó ser un enfrentamiento largo y sostenido entre Ventura y el director general de Puertos y Transporte del propio Macias, Enric Ticó, que había hecho que Ventura comunicara a Macias sus dificultades para realizar el trabajo que tiene encomendado. Un enfrentamiento que, en palabras de Damià Calvet, jefe del gabinete de Macias, no es tan fiero: 'Entre los dos hay las lógicas discrepancias que se pueden producir entre alguien que tiene un cargo político, como Ticó, y alguien que tiene que realizar funciones de consenso, como Ventura'. Ticó y Ventura declinaron hacer declaraciones.

Ventura dirige una organización cuyo presidente es Macias y cuyo vicepresidente es Xavier Casas, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona. Su función es buscar el acuerdo entre dos gobiernos, el catalán y el de Barcelona, cuyos intereses muchas veces parecen contrapuestos. Ticó pertenece al sector de Convergència más entregado a buscar la confrontación con los ayuntamientos que no tengan un alcalde de su propio partido. Un ejemplo: durante años Ticó se opuso al tranvía del Baix Llobregat, llegando a afirmar que sólo se haría sobre su cadáver (se sobreentiende que cadáver político). Hoy es el principal abanderado de esta obra. Cierto que entonces el consejero de Política Territorial se llamaba Artur Mas, adscrito al sector menos proclive a alcanzar acuerdos con el Ayuntamiento de Barcelona. Fuentes municipales reconocen que con Macias se ha alcanzado el acuerdo para el plan de infraestructuras que prevé la construcción de más de cien kilómetros de metros y tranvías, lo que resultó imposible con Mas.

El enfrentamiento entre Ticó y Ventura es consecuencia directa de la política de CDC respecto a Barcelona. Ayer mismo, el líder del grupo municipal de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona, Joan Puigdollers, reconocía implícitamente las carencias del Gobierno catalán respecto a la ciudad al afirmar: 'Se ha acabado decir que CiU no hace nada por Barcelona'.

El conflicto de esta misma semana sobre la ampliación del horario del metro es uno de los elementos que han enfrentado a Ticó con Ventura. La ATM aprobó hace un año esta ampliación, para la que era imprescindible el cambio de la catenaria de las líneas 1 y 4. Para esta obra se contaba con una parte del dinero ahorrado del convenio de infraestructuras que ahora expira. Ticó prefirió dedicar ese dinero al tranvía de Nou Barris y Pujol le dio anteayer su espaldarazo. El plan de infraestructuras cifra esta obra en 2.000 millones de pesetas. Y el bajo coste fue el principal argumento esgrimido por Ticó frente al Ayuntamiento, que exigía un metro. El coste va en estos momentos por los 3.300 millones.

El aéreo de Esparreguera fue hace unos meses motivo, si no de enfrentamiento público, sí de escenificación de esas discrepancias. Ticó llevó el asunto a la ATM sin haberlo comunicado a Ventura, y el propio Macias tenía una información que varios de los presentes calificaron de 'escasa'.

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Las discrepancias entre Ticó y Ventura reflejan también las relaciones de poder dentro de CDC. Ventura es amigo de Macias y hombre de su entera confianza. Ticó es amigo de los hijos de Jordi Pujol y de Artur Mas, que fue quien lo hizo director general. Fuentes cercanas a Macias creen que el conseller en cap ha forzado la continuidad de Ticó y del secretario del departamento, Josep Grau, para que actúen como 'comisarios' y controlen a un consejero con futuro como es Macias.

En la conferencia de prensa que sirvió para que Artur Mas presentara la línea 9 del metro estuvo presente Ticó, pero no Macias. Mas evidenció que no dominaba el asunto: anunció que Macias presentaría el proyecto de túnel al cabo de unas semanas, cuando Ticó lo había presentado hacía meses, y evitó pronunciarse sobre si la línea sería de gestión pública o privada, cuando Macias ha repetido en varias ocasiones que será gestionada por el Metro de Barcelona.

La pasada semana, cuando se produjo el acuerdo definitivo sobre el plan de infraestructuras del transporte metropolitano, estuvieron Macias y Ventura, pero no Ticó.

La última discrepancia ha vuelto a tener como motivo el tranvía de Nou barris. Ticó ha impuesto que su gestión se encargue por concurso. La ATM hubiera preferido otorgarla directamente a Transportes Metropolitanos de Barcelona, pero el director general se ha cuadrado. La empresa municipal se han planteado no acudir al concurso porque entiende que Ticó ya ha decidido que la explotación de esa línea, emblemática para él en la medida en que es una imposición al municipio, la haga Ferrocarrils de la Generalitat.

Enric Ticó.
Enric Ticó.TEJEDERAS

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