Siempre dispuesto a tomar otra vara
El principio de limitación de mandatos... no reza, por ejemplo, con el fundador del PP, Manuel Fraga, candidato de nuevo por cuarta vez a la presidencia de la Xunta de Galicia, a los 78 años, ni tampoco ha sido válido para José María Álvarez del Manzano, alcalde desde el 5 de julio de 1991, y siempre dispuesto a tomar otra vara'. El trasunto de texto elegido es la estancia en el poder de los políticos. El autor es Miguel Ángel Aguilar, espada del artículo de Opinión en EL PAÍS, del 13 de febrero de 2001. Y para la intención de solapar las actitudes y las realidades entre el mundo de la política, el periodismo, el lenguaje de la interpretación política y el del universo del toreo, el ejemplo resulta ilustrativo, de conocedor de la jerga taurina lamentablemente en franca situación de abandono. En este periódico, que cuenta desde sus inicios con una voluntad e impronta europeístas sin paliativos, entre los más diversos y plurales centímetros de su plancha se encuentran sin dificultad apenas emotivos y saludables casos de enlaces entre las suertes y géneros diversos del periodismo y ese espectáculo tan denigrado en los foros comunitarios. Qué mejor modo de una defensa abierta y pública de los toros ante instancias de recia reticencia a su práctica que valerse de los giros idiomáticos y la facundia rica y vasta de los toros para la explicación de fenómenos culturales, crisis de gobierno internacionales, o acontecimientos deportivos, que habrán de ser leídos y analizados por gabinetes, comisiones, departamentos y cancillerías. Valga el caso representativo de Mario Vargas Llosa, cuya creación literaria y de articulista llega a muchos lectores: el día 21 de enero de este año, en estas páginas, a propósito de Ortega y Gasset deletrea: 'Leyendo sus mejores ensayos, uno escucha a Ortega: sus silencios efectistas, el latigazo silbante del insólito adjetivo y la laberíntica frase que, de pronto, se cierra, redondeando un argumento, con un desplante retórico de matador'. Meses antes, el autor hispano-peruano, también en su refugio editorial dominical de este diario, el 2 de septiembre de 2000, dice que 'cuando se trata de racismo, nadie debería tirar la primera piedra sin mirar primero lo que pasa en su propia querencia, pues se trata de una plaga de la que no está exenta sociedad alguna'. Lo de traducir 'querencia' a las lenguas de raíz distinta también pertenece, naturalmente, a las actividades de alto riesgo. La escena internacional tampoco es ajena en su tratamiento informativo al recurso a esta jerga tan peculiar. Así, Xavier Vidal-Folch, en su artículo El misterio de Romano Prodi (EL PAÍS, 7 de diciembre de 2000), argumenta que 'está también lo que seguramente constituye el gran error personal de Prodi... el de creerse jefe de un auténtico Gobierno e ignorar el enorme cúmulo de mediaciones que debe torear la Comisión'. Esto es, enjuiciar con el toreo como herramienta hasta en la cocina de Bruselas. El corresponsal en Washington, Javier Valenzuela, el 8 de noviembre de 2000, imputaba inhabilidad a la oposición americana porque 'el clintonismo estaba malherido por una serie de escándalos, pero la extremista dirección republicana de entonces, con Newt Gingrich a la cabeza, parecía incapaz de darle la estocada'. En la edición del pasado 27 de septiembre, en un editorial con Tony Blair como protagonista, se podía leer que 'el líder laborista prefirió torear en otro tercio: el de las reformas políticas, económicas y sociales'. Interpretación política para la que probablemente no serviría su amigo, el presidente José María Aznar, aunque ciertamente ha mejorado mucho en este sentido, fuera ya de la lejanía de los símiles taurinos, como tuvo ocasión de demostrar en Barcelona con motivo del cierre del congreso del PP catalán. Francesc Valls y Pere Rusiñol, el 18 de septiembre de 2000, abrieron el sumario de su información con palabras del presidente: 'No acostumbro a clausurar congresos del PP en ninguna comunidad autónoma, y no he venido a dar dos capotazos'. Confirmación de lo mantenido por don José María de Cossío, tratadista del toreo sobre quien convergen las unanimidades, en el preámbulo al Vocabulario taurino autorizado, del primer tomo de su magna obra: 'Un porcentaje muy elevado de términos toreros, que puede fijar cualquier aficionado a la estadística, es de carácter traslaticio o metafórico'.
Antonio Campuzano es periodista.
Babelia
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