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Simó

La desaparición de José María Simó Nogués plantea un inesperado problema a la comunidad empresarial valenciana. ¿Habrá llegado la hora de los homenajes o se corre un velo sobre su memoria?

Impulsó el Club de Gerentes de Torrent, la Federación Empresarial Metalúrgica Valenciana, presidió la Cámara de Comercio de Valencia, concibió el Consejo de Cámaras de Comercio de la Comunidad Valenciana, fundó la Asociación Valenciana de Empresarios, diseñó Bancaixa y desde ella formuló la operación financiera más ambiciosa que ha llegado a buen fin en la Comunidad Valenciana, entre otras muchas andanzas. Con su pérdida, se quiera o no, los empresarios valencianos se han quedado un poco huérfanos.

Hasta donde me alcanza la memoria, puedo recordar dos entrevistas en profundidad. La primera vez que hablé con él como presidente de Femeval y candidato a la presidencia de la Cámara de Valencia, para sustituir a Rafael García Brún (1982).

En la segunda entrevista -ya en la Cámara de Comercio- alterné sus declaraciones con unos comentarios periodísticos que no acabaron de gustar a algún asesor suyo, porque advertía de algunos de los conflictos que posteriormente estallaron en su entorno y bajo su persona.

Los artículos que le he dedicado, se centraban en cuatro fechas clave de su trayectoria como estratega, en la historia económico-empresarial de la Comunidad Valenciana.

El primer artículo lo escribí en 1988 cuando se fraguó su dimisión en la presidencia de la Cámara de Valencia, en parte por motivos de salud y sobre todo, porque se puso en jaque su proyecto para la institución empresarial.

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La salida de Cámara fue sonada, bastante más que su dimisión en las presidencias de Bancaixa y del Banco de Valencia (1997), cuyo control desde la caja, como accionista mayoritario, fue una jugada de excepcional efecto sobre el futuro financiero de la Comunidad Valenciana.

Fue en 1998 cuando me referí a un homenaje, que tuvo lugar en Torrent y fue organizado por el Ayuntamiento de su pueblo. Cuatro artículos no son nada al lado de una vida irrepetible en el mundo empresarial valenciano.

Es posible que su muerte nos permita reflexionar sobre la vida de este singular empresario valenciano. Más de una vez he recordado que entre él y yo existía una relación muy abierta y sincera, porque no le debía nada, salvo la oportunidad de conocerle y apreciarle.

No todo en la vida de José María Simó Nogués fue un paseo en barca ni la marcha triunfal que algunos pretenderán entonar. No fue así. Este no es momento para análisis, pero ya es hora de romper con la carísima costumbre de que la sociedad valenciana acabe siendo miope con sus personajes más ilustres.

Xavier Ribera es periodista.

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