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Crónica:FINAL DE LA COPA KORAC | BALONCESTO
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Unicaja entra en la historia europea

El equipo de Maljkovic derrota de nuevo al Hemofarm y conquista su primer título

No hubo vuelco. Se impuso la lógica. El Unicaja mantuvo sin apuros, en Vrasc, los valiosísimos 30 puntos de ventaja que había conseguido en el turno de ida de la final de la Copa Korac y ya tiene un título de campeón, el primer trofeo que aforma sus vitrinas y el primero también para un representante del baloncesto andaluz. Lo ha logrado precisamente en el mismo torneo en el que lo perdió el año pasado y, tal y como hizo entonces su verdugo, el Limoges, francés, redujo la final a un solo partido. Tan dura fue aquella experiencia que ayer decidió dar una lección de autoridad. Y eso es lo que hizo.

El Unicaja acabó en auténtico campeón y consiguió también la victoria en el partido de vuelta. La logró no porque la buscara, sino porque pensó en el título. La principal virtud del equipo de Bozidar Maljkovic fue no perder la compostura en ningún momento ni entregarse al ritmo frenético que propusieron los yugoslavos. Daba igual ir por delante o por detrás en el marcador siempre que la cosa no se saliera de madre.

HEMOFARM 69| UNICAJA 71

Hemofarm: Vidacic (11), Zecevic (16), Pekovic (17), Savic (14) y Ivanovic (5) -cinco inicial-; Djogo (6). Unicaja: Cabezas (7), Berni Rodríguez (9), Sonko (7), Abrams (16) y Petruska (5) -cinco inicial-; Mrsic (8), Paco Vázquez (3), Weiss (4), Jaumin (7), Phillip (5). Árbitros: Dorizon (Francia) y Sudek (Eslovaquia). Eliminaron a Savic, del Hemofarm, por cinco faltas personales. Partido de vuelta de la final de la Copa Korac, título ganado por el Unicaja por el marcador global de 148-116. Unos 5.000 espectadores en el pabellón Millenium Centre, de Vrsac.

El quinteto titular que dispuso el entrenador serbio, alguien a quien adora la afición de Vrsac, incluyó a tres hombres bajos, pero que se fajan en la defensa -Berni Rodríguez, Sonko y Cabezas- para frenar el tiro exterior del Hemofarm, su arma más potente. Consiguió con ello el Unicaja su primer objetivo: impedir un arranque en tromba del rival, aplacar la tensión y enfriar el ambiente.

El Unicaja obligó a su adversario a ralentizar el juego y disputar el partido en la corta distancia. Sin posibilidad de ganar desde el perímetro, el Hemofarm encontró en las penetraciones de Savic una vía para, al menos, anotarse un triunfo parcial, consolador, honroso. El objetivo del entrenador local, el histriónico Lukajic, era derrotar por una vez al maestro Maljkovic. Pero el Unicaja no se descompuso y su contendiente nunca consiguió irse en el marcador con más de siete puntos de margen.

Así que en la segunda parte los yugoslavos optaron por emplearse en una durísima defensa. Mrsic, Abrams o Phillips sufrieron un verdadero calvario. Pero Weis ayudó de nuevo a imponer la autoridad del juego interior y, poco a poco, el Unicaja se encontró en el último minuto con la posibilidad de vencer. Así, con la estrategia del desgaste, de la constancia, ya ha ganado Unicaja varios encuentros esta temporada. También el de ayer para que nadie pusiera en duda al campeón.

Con este título, el Unicaja consigue uno de sus objetivos de la temporada tras el frustrado intento en la Copa del Rey. Ahora pretende jugar la Euroliga y para ello deberá alcanzar las semifinales de la Liga ACB.

Los jugadores del Unicaja junto al trofeo de la Korac.
Los jugadores del Unicaja junto al trofeo de la Korac.ASSOCIATED PRESS

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