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La eléctrica alemana E.ON compra la británica PowerGen por 2,5 billones

La compañía entra en EE UU y aspira al liderazgo en Europa

En la operación, E.ON, que nació de la fusión de Veba y Viag, paga por la compañía británica 8.200 millones de euros (1,36 billones de pesetas) y asume 1,18 billones de pesetas de deuda. Además, engrosa su nómina con 7.600 nuevos empleados que sumará a su plantilla de 131.600. Según el comunicado de la compañía alemana, la valoración de PowerGen (2,5 billones de pesetas) está en la línea de las operaciones que se realizan en el mercado europeo y británico sobre las compañías de servicios, pero se sitúa 'por debajo de las recientes transacciones llevadas a cabo en el Reino Unido y en España'.

E.ON, que en el negocio estrictamente eléctrico queda aún lejos por número de clientes (alcanza la cifra de 15,6 millones) de compañías como la francesa EDF, aspira no obstante a convertirse en la segunda distribuidora de agua, gas y electricidad del mundo, en directa competencia con la estadounidense Enron y con los grupos franceses EDF y Vivendi.

Nuevos clientes

Con la compra de PowerGen, E.ON suma de un plumazo 3,6 millones de nuevos clientes de PowerGen, de ellos 2,6 millones en el Reino Unido y más de un millón en EE UU, donde la compañía británica se hizo en 2000 con la mayor distribuidora eléctrica de Kentucky, LG & G. De paso, E.ON despeja una duda sobre su estrategia: por el momento, no lanzará sus redes sobre la española Iberdrola. No obstante, el presidente de la eléctrica alemana, Ulrich Hartman, destacó ayer mismo que su compañía continúa interesada en el mercado español, que 'observamos muy atentamente'.

Teóricamente, E.ON, que en 1999 ganó cerca de 450.000 millones de pesetas (2.668 millones de euros) tendría recursos suficientes para engullir alguna empresa española además de PowerGen. La compra de esta última compañía la financiará con medios propios y una línea de créditos y la operación culminará, previsiblemente, a principios de 2002. Pero, además, E.ON prevé centrarse exclusivamente en el sector energético y dejar de lado otras actividades.

Para ello, venderá compañías del grupo que se dedican a actividades no directamente relacionadas con la energía (VAW, Kloeckner Co, Stinnes, Memc, Viterra...). Esas desinversiones podrían respaldar nuevos planes de expansión en Europa.

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