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Reportaje:FÓRMULA 1

'Me pasan los coches, no los pilotos'

Reflexiones de Fernando Alonso a Adrián Campos, su agente, tras su primera carrera en la F-1

Su debú en la fórmula 1 sobrepasó todas las expectativas, pero Fernando Alonso, el único español que compite en el Mundial este año, no se conformó. Él es un campeón, un piloto que ha ganado en todas las categorías en que ha competido hasta ahora, y le cuesta aceptar su situación. Reconoce su satisfacción por estar en la F-1, pero no le gusta ir en la cola. 'Estoy acostumbrado a ser el jefe, pero aquí me va a costar', le confesó poco después del Gran Premio de Australia a Adrián Campos, su representante y el hombre que lo ha llevado hasta el máximo nivel del automovilismo mundial.

Lo suyo no es inmodestia. Es lo que piensa. Y lo suelta tal cual. 'Me dice lo que piensa', explica Campos, ex piloto de F-1. 'No se corta. Es tal como lo siente, y a mí no me cabría en la cabeza que pudiera pensar de otra manera'. Alonso realizó una gran carrera, con sólo dos errores: salir excesivamente rápido de boxes (después se comprobó que fue un error mecánico, porque el sistema no funcionó), y cerrar el paso a Barrichello en su regreso a la pista tras su repostaje.

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'Sin embargo, eso no fue lo que más le preocupó', explica Campos. 'Tras la carrera estaba contento, pero tenía la sensación de haberse equivocado al dejar pasar el Jaguar de Irvine, porque creía que le estaba frenando. Después se dio cuenta de que habría podido aguantarle. Y le perjudicó el stop and go (10 segundos en boxes) con que fue sancionado. Si no, habría concluido incluso mejor, porque la sensación que tuvo fue que incluso Burti y Verstapen estaban a su alcance'. Acabó 12º, por delante de los dos Benetton-Renault. Y en Minardi difundieron una nota en la que expresaron su satisfacción porque 'había concluido sólo a nueve puestos del podio'.

En su escudería utilizaron cierta ironía, conscientes de que las posibilidades de Alonso con aquel Minardi que acababan de montar para poder salir en Australia fueron claramente sobrepasadas. 'Fernando nunca estuvo nervioso', comenta Campos. '¿Presión?', le dijo a Adrián. 'Ninguna. ¡Si salgo en las últimas filas! Si saliera en las primeras, tal vez la tuviera. Pero ahora, no'. Comenzó tranquilo. Y así prosiguió durante toda la carrera.

Pero en el transcurso, demostró de nuevo su sentido competitivo. Para no aburrirse decidió que correría cada vuelta como si fuera una contrarreloj. 'Iba demasiado solo, y corría el riesgo de acomodarme. No quería que eso me ocurriera', explicó el propio Alonso. Lo que no pudo evitar fue ver como le doblaban varios de los coches que le precedieron. 'En cualquier otra circunstancia, hubiera abandonado. No lo hubiera soportado', reflexiona Campos. Pero Alonso lo asumió y buscó su aspecto menos doloroso. 'No me pasan los pilotos sino los coches', se dijo.

En la última vuelta de la carrera apretó a fondo el acelerador y sacó el máximo rendimiento a su Minardi. 'Lo dí todo', dijo. Y consiguió su vuelta rápida. 'Vio a Fisichella delante y se fue a por él, pensando que podía ganar una posición. Lo que no sabía era que, en realidad, el italiano le llevaba ya vuelta perdida', explica Campos. 'En cualquier caso, me gusta la tranquilidad y la confianza que infunde al equipo. En Minardi todos son conscientes de que sacará el máximo rendimiento al bólido. Superó en tres segundos a su compañero de equipo con el mismo coche'.

Cuando acabó la carrera de Albert Park, Alonso sacó sus propias conclusiones sobre el comportamiento de su vehículo. 'No me importa tener más velocidad punta; si se consigue mejor, claro. Pero debemos trabajar para conseguir que el motor sea más flexible y responda mejor a bajas revoluciones. Lo que más nos diferencia de los Jaguar es que sus motores reparten mucho mejor la potencia', les dijo a los mecánicos de Minardi. Y en eso están. Las mejoras podrían comenzar a notarse en España, en la quinta carrera del Mundial. En Malaisia, el próximo fin de semana, las expectativas son escasas.

Fernando Alonso, en la parrilla de salida del Gran Premio de Australia.
Fernando Alonso, en la parrilla de salida del Gran Premio de Australia.EFE

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