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Dudas sobre la solvencia empresarial

Los impagos en bonos sumaron 8,73 billones, destacando las telecomunicaciones

Una de las consecuencias de que las economías van a entrar en periodos más difíciles se deja ver en la solvencia de las empresas y de los Estados soberanos. Las empresas se endeudan con unas previsiones de obtener beneficios a esos recursos que luego no se acaban cumpliendo. Entonces, llega el momento de los impagos que pueden ser de dos tipos: o bien no se pagan los intereses prometidos en las emisiones de bonos o, en el peor de los casos, tampoco se devuelve el capital que los inversores prestaron al suscribir estos bonos. Algo así, como la morosidad bancaria pero, en este caso, es asumida por los inversores que adquieren esos bonos y no por los bancos.

El tema tiene especial importancia debido al auge que han adquirido los mercados de bonos empresariales en los últimos años. Son dos las causas que apuntan los expertos para explicar este florecimiento de las emisiones privadas. De un lado, los Estados están emitiendo mucho menos, debido a sus políticas de ajuste presupuestario, liberando recursos para que los emisores privados coloquen sin mayores dificultades sus títulos de renta fija. De otros, en los últimos años se ha producido una fuerte demanda de fondos por parte de compañías englobadas en la llamada nueva economía. Unas emisiones que se colocaron con mucha facilidad por las buenas expectativas de estos sectores de telecomunicaciones e Internet y que, sin embargo, ahora encuentran dificultades para rentabilizar sus proyectos.

Las cifras son realmente importantes, aunque hay que destacar que se concentran en Estados Unidos, economía con más tradición en las emisiones empresariales. El informe de la firma de calificación crediticia Moody's sobre el año 2000 apunta un volumen de impagos de 8,73 billones de pesetas. Fueron en todo el mundo 167 sociedades y Estados los que incumplieron pagos, 125 pertenecientes a Estados Unidos. En este país, los incumplimientos sumaron 5,17 billones de pesetas.

Los analistas de Moody's destacan el fuerte aumento que se produjo en el grupo de telecomunicaciones que concentró los mayores impagos con 1,15 billones de pesetas. Construcción, inmobiliarias y el sector del automóvil 'también tuvieron un aumento desproporcionado en su volumen de impagados a lo largo del pasado ejercicio', apuntan estos expertos.

El sector de telecomunicaciones merece una especial atención desde la óptica europea. A lo largo del presente año se han producido bajadas de calificaciones sobre estos emisores, propiciadas por las firmas de calificación. Deutsche Telekom, France Telecom, KPN, Tele Danmark o Sonera han soportado a lo largo del presente ejercicio rebajas en su calificación, es decir, estas compañías son ahora menos solventes en sus emisiones.

David Cano, economista de Analistas Financieros Internacionales (AFI) ya aprecia en los tipos de estas empresas de telecomunicaciones una nueva rebaja de sus calificaciones, como consecuencia del elevado endeudamiento y de las dificultades de encontrar en el tiempo previsto la rentabilidad a esos recursos solicitados en el mercado.

'Ahora mismo se está pidiendo la misma rentabilidad a las emisiones A que aquellas calificadas como BBB, porque los inversores están convencidos de que pronto estas sociedades serán recalificadas a la baja hasta BBB. En general, todo el grupo de telecomunicaciones está viendo aumentar sus rentabilidades en relación a las que se fijan en el mercado interbancario'.

Y es que la calificación tiene mucha importancia, por cuanto los emisores más solventes pueden emitir a tipos de interés más bajos y, por tanto, pagar menos por sus emisiones, mientras que una peor calificación implica satisfacer con más rentabilidad a los emisores con el fin de que asuman esos riesgos.

Efectos en Bolsa

Valga como muestra que en los casi tres meses que llevamos de ejercicio, el papel más especulativo de empresas de telecomunicaciones ha rentado un 22%, sumando la apreciación de los bonos y la parte proporcional del cupón que incorporan este tipo de emisiones. El inversor cuenta ahora con una elevada oferta de bonos a diferentes rentabilidades dependiendo del riesgo del emisor. Eso sí, conocer con exactitud dónde se coloca ese dinero porque los impagos están, como vemos en Estados Unidos, a la orden del día.

David Cano estima que en el caso europeo y salvo el grupo de telecomunicaciones, es difícil que se produzcan impagos ya que las empresas cuentan con una buena salud financiera.

Las rebajas en las calificaciones de los bonos de las empresas de telecomunicaciones han tenido sus repercusiones en el mundo de las acciones. Las caídas de precios en las acciones se han hecho especialmente virulentas en los momentos en los que firmas de calificación como Moody's o Standard & Poor's decidían recalificar a la baja su solvencia.

Lo mismo ha ocurrido con los Estados soberanos. El pasado mes de febrero, una de las economías más solventes del mundo como Japón, bajaba un peldaño, desde AAA hasta AA+. Una noticia que abundaba en la baja del índice Nikkei que ahora conoce los niveles más bajos del último lustro.

Igualmente, la revisión a la baja del mercado argentino, introducía incertidumbres sobre esta economía que luego recogía también Turquía, provocando un ligero golpe en los mercados emergentes ya que el dinero se mostraba más reticente a entrar en ellos.

Donde los pronósticos se muestran mucho más favorables son en las economías del Este europeo. Hungría subía su solvencia en diciembre de 2000 y los expertos apuntan mejorías para aquellos países que están en puertas de entrar en la UE.

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