La justicia continúa golpeando al mitterrandismo
El caso de tráfico de armas es el mismo por el que también se encuentra procesado Jean-Christophe Mitterrand -hijo del fallecido presidente de la República- como receptor de una suma superior a 300 millones de pesetas abonada en Suiza por el mercader de armas Pierre Falcone. La investigación estuvo a punto de anularse por las distintas denuncias de procedimiento basadas en que no se puede investigar un tema de tráfico de armas sin permiso del Ministerio de Defensa. Pero el Tribunal de Apelación de París dio validez a las actuaciones.
Los testimonios y los documentos obtenidos por los jueces muestran la amplitud de la red de relaciones de Falcone. El último de los procesados en este asunto, Jacques Attali, es una de las figuras políticas más conocidas de Francia. Ex consejero de François Mitterrand y ensayista político, presidió hasta 1993 el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), del que dimitió tras una gestión polémica y, en concreto, tras descubrirse que había aceptado una invitación a Japón y una suma de dinero por dar una conferencia, en contra de la norma de rechazar toda remuneración de Gobiernos, entidades o personas relacionadas con su trabajo en el banco.
Falcone conoció a Védrine
La escalada prosigue con el primer registro judicial que se produce en la sede de la diplomacia francesa. Attali habría presentado a Falcone a Hubert Védrine (actual ministro de Exteriores y antiguo secretario general de la Presidencia de la República con François Mitterrand), según la hipótesis judicial, aunque el abogado de Attali lo niega categóricamente.
De resultados todavía inciertos, esta iniciativa vuelve a mezclar al Quai d'Orsay en las investigaciones que sacuden desde hace años al mundo político francés. Uno de los titulares anteriores del mismo, Roland Dumas, está siendo juzgado por uno de los sumarios del caso Elf, aunque fue procesado cuando ya no era ministro.
