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LA GRAN RIADA

Francisco Peregil

Cada vez que se registra una gran nevada o grandes precipitaciones en alguna zona de España, los técnicos del Instituto Meteorológico suelen recordar que casi siempre hubo alguna riada más grande o nevada más fría. Sin embargo, los aluviones de agua que vienen arreciando sobre España en los últimos seis meses han asombrado a los propios meteorólogos. 'Hay que remontarse hasta el mismo periodo de 1959 y 1960 para encontrar un semestre más lluvioso', sentencia Antonio Mestre, técnico experto en efemérides del instituto. 'Lo que ha caído en cinco meses es bastante superior a lo que normalmente llueve en un año. Sorprende porque no estamos hablando de una provincia o una región, sino de todo el país y de un periodo de tiempo muy extenso'.

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El efecto de las últimas lluvias

Y lo que ha servido para inclinar definitivamente la balanza ha sido la gran riada que atravesó España esta semana.

Baste una muestra: Juan Saura, director técnico de la cuenca del Guadalquivir, alertaba hace dos meses, el domingo 31 de diciembre, en EL PAÍS, después de más de dos semanas de lluvia en muchas provincias de España: 'La gente ha sentido en Sevilla que le ha caído mucha agua encima, pero no es consciente de que en Jaén y Granada no ha llovido apenas. Y es el agua que llega a esas dos provincias la que surte los olivares jiennenses, la campiña de Córdoba con sus algodonales, sus cítricos y sus remolachas, y las huertas de Sevilla. Los embalses de regulación general, es decir, los que riegan todas estas zonas desde Granada hasta Sevilla, ahora están al 36% de su capacidad. Y el año pasado estaban a un 40%'.

Pues bien, esos pantanos que en diciembre estaban al 36%, en sólo tres días, con el agua del pasado fin de semana, se han situado ya al 71%. 'No podemos estar más contentos', señala el presidente de la cuenca del Guadalquivir, Manuel Vizcaíno. 'Hace tan sólo cuatro meses, nos planteábamos regular el consumo del agua en Sevilla. Y eso era dramático. Durante la sequía de 1994 y 1995 se gastó la gente más dinero en agua mineral que en cerveza. Porque la calidad, cuando tienes que echar mano de las reservas, no es muy buena. Ahora mismo hay recursos en Sevilla para tres años, suponiendo que no caiga ni una gota durante ese tiempo. Y en cuanto al riego..., el algodón, los naranjales, el olivo, la remolacha, el arroz..., todos los cultivos tienen la vida garantizada por tres años, aunque no llueva. Pero no queremos que los regantes se vuelvan locos'.

Sin embargo, también son muchos los agraviados por las lluvias, incluso en la propia Andalucía. Manuel Verdiel, gerente de la asociación Freshuelva, que aglutina a 89 empresas y 1.860 agricultores, estima las pérdidas en unos 24.000 millones de pesetas. 'Desde diciembre es que no ha parado de llover. Sólo ha salido el sol diez días. Y la fresa no tiene cáscara; cualquier impacto de la lluvia la deteriora y la agua. Hay que tirarla, y hay que contratar gente que la recoja y la tire. En teoría, están protegidas por plásticos, pero, como ha habido tanto viento también, muchos plásticos han salido volando. Pero peor que la lluvia en sí es la humedad. La fresa se deforma y se pudre con el exceso de humedad. Y no hay seguro que cubra pérdidas por pudrición. Si conoce alguno, infórmenos'.

Más desgracias: la Consejería de Agricultura de Castilla y León estima que los estragos de la riada de esta semana en los cultivos pueden alcanzar hasta los 5.000 millones de pesetas. Muchas familias se van a quedar sin ver crecer la remolacha, en la que tanto trabajo han invertido.

Pero aún no se sabe con cierto rigor cuánto dinero han perdido realmente los agricultores. El director de Agroseguros, la corporación de empresas que tramita las pólizas en el sector, declinó contestar. Y el Ministerio de Agricultura alegó que sus técnicos aún no han podido acceder a muchas zonas anegadas para valorar los daños.

Sin embargo, los estragos en las poblaciones están ya casi valorados. 'Las localidades más dañadas, por este orden, han sido Valladolid, Burgos, León, Palencia, Zamora y Benavente', señala Ignacio Macheti, director general del Consorcio de Compensación de Seguros, entidad pública dependiente del Ministerio de Economía.

La Confederación Hidrográfica del Duero señala que en Valladolid, con el Pisuerga, ocurrió lo que los técnicos conocen como la 'venida de los 500 años', una riada que en teoría sólo se produce cada 500 años.

'Ocurrió en la madrugada del martes', recuerda un portavoz del Ayuntamiento. 'El agua entró en el polideportivo dos metros por encima del suelo; el parqué y las canastas de baloncesto flotaban. Afectó también al Museo de la Ciencia, que lo está construyendo el arquitecto Rafael Moneo, y hubo que desalojar varias viviendas. El Pisuerga venía esa noche nueve veces más crecido que lo normal'.

'En Valladolid esperamos unos 1.000 o 1.200 expedientes de seguros reclamando dinero', señala Macheti, director del Consorcio de Compensación de Seguros. 'Y entre el resto de las ciudades, unos 1.000 también. En total, yo creo que esperamos pagar unos 1.600 millones de pesetas, lo cual tampoco es tanto. En enero del año pasado, en Galicia hubo inundaciones que acarrearon pérdidas de 3.500 millones. El 10 de junio del año pasado, una inundación en Cataluña provocó costes de 5.286 millones de pesetas. Y del 21 al 24 de octubre de 2000, en Valencia, Murcia, Tarragona y Aragón, la siniestralidad fue de 16.500 millones de pesetas'.

En demasiadas zonas de España llovió sobre empapado. En Galicia, por ejemplo, llevaba arreciando el agua desde noviembre, salvo un paréntesis de seis días en febrero, según recuerda el jefe del servicio de Hidrología, Manuel Delgado. 'Todo esto habrá traído infinidad de plagas para la vid. Y menos mal que hemos podido aliviar los embalses, sin apenas inundaciones. Desde hace semanas no hacemos otra cosa que soltar agua. Por el embalse de Friera, que es el último del Miño, a 40 kilómetros del mar, llevamos desembalsados desde el 1 de octubre hasta ayer 13.800 hectómetros cúbicos. Para que se haga usted una idea, en los 12 meses del último año hidrológico soltamos 8.000 hectómetros cúbicos'.

El trasvase que propugna el PP desde el Ebro hasta la costa mediterránea es de 1.050 hectómetros cúbicos.

La Confederación del Ebro aseguró no disponer de las cifras de agua que se han vertido al mar esta semana. Sin embargo, el presidente de la Confederación del Tajo, José Antonio Llanos, la ofreció sin ningún reparo: 'Un total de 13.249 hectómetros cúbicos desde octubre, que es cuando empieza el año agrícola e hidrológico, hasta ayer'.

'La zona peor parada con mucho es la provincia de Cáceres', señala Llanos. 'Allí hemos tenido inundaciones en el valle del Jerte, pero no han sido pérdidas catastróficas. Los beneficios han sido mucho mayores que los perjuicios. Madrid tiene asegurado el abastecimiento en dos años. Y las zonas regables de toda nuestra cuenca no tienen problemas ni para este año ni el que viene. No sólo eso. También han mejorado mucho las expectativas para el agua que trasvasamos al Segura. Hace unos meses les dijimos a los regantes de Murcia que se fueran haciendo a la idea de que sólo les íbamos a poder pasar 300 hectómetros de los 620 que permite la ley. Sin embargo, gracias a la última venida, vamos a pasarles por lo menos 500'.

Las lluvias parecen haber dejado más sonrisas que lágrimas. José Ignacio García Alandete, presidente de la Confederación del Júcar, que es la cuenca que menos agua ha recibido, junto con la del Segura, y la que más necesitada está de ella, no puede disimular su contento. 'El año pasado, en septiembre acabamos exhaustos'. En enero, la cuenca se encontraba al 16% de su capacidad. 'Y ahora estamos al 28%; a un tercio. El año pasado hubo un necesario control para los regantes; este año actuaremos igual, pero con la tranquilidad de que hay cierta holgura para guardarla para años sucesivos. Y nos vamos a permitir el lujo de aportar 10 hectómetros cúbicos del Júcar a la zona de Benidorm, Villajoyosa y Altea para consumo humano'.

Los presidentes de las cuencas consultadas coinciden en resaltar que los embalses no sólo van a asegurar el agua durante los próximos años, sino que han evitado y están evitando inundaciones y catástrofes humanas en todo el país. Sin embargo, la responsable de la campaña del agua en Greenpeace, Eva Hernández, observa las riadas desde un ángulo muy distinto al de ellos: 'Nuestro país, que es el tercero en el mundo en número de presas, con más de 1.000, no ha evitado los problemas de las riadas. En cambio, cuando un ecosistema fluvial está en buen estado amortigua las riadas. Los sauces, los alisos, los chopos, se encargan de frenar esas riadas. Pero cada vez hay menos bosques y más cultivos'.Cada vez que se registra una gran nevada o grandes precipitaciones en alguna zona de España, los técnicos del Instituto Meteorológico suelen recordar que casi siempre hubo alguna riada más grande o nevada más fría. Sin embargo, los aluviones de agua que vienen arreciando sobre España en los últimos seis meses han asombrado a los propios meteorólogos. 'Hay que remontarse hasta el mismo periodo de 1959 y 1960 para encontrar un semestre más lluvioso', sentencia Antonio Mestre, técnico experto en efemérides del instituto. 'Lo que ha caído en cinco meses es bastante superior a lo que normalmente llueve en un año. Sorprende porque no estamos hablando de una provincia o una región, sino de todo el país y de un periodo de tiempo muy extenso'.

Y lo que ha servido para inclinar definitivamente la balanza ha sido la gran riada que atravesó España esta semana.

Baste una muestra: Juan Saura, director técnico de la cuenca del Guadalquivir, alertaba hace dos meses, el domingo 31 de diciembre, en EL PAÍS, después de más de dos semanas de lluvia en muchas provincias de España: 'La gente ha sentido en Sevilla que le ha caído mucha agua encima, pero no es consciente de que en Jaén y Granada no ha llovido apenas. Y es el agua que llega a esas dos provincias la que surte los olivares jiennenses, la campiña de Córdoba con sus algodonales, sus cítricos y sus remolachas, y las huertas de Sevilla. Los embalses de regulación general, es decir, los que riegan todas estas zonas desde Granada hasta Sevilla, ahora están al 36% de su capacidad. Y el año pasado estaban a un 40%'.

Pues bien, esos pantanos que en diciembre estaban al 36%, en sólo tres días, con el agua del pasado fin de semana, se han situado ya al 71%. 'No podemos estar más contentos', señala el presidente de la cuenca del Guadalquivir, Manuel Vizcaíno. 'Hace tan sólo cuatro meses, nos planteábamos regular el consumo del agua en Sevilla. Y eso era dramático. Durante la sequía de 1994 y 1995 se gastó la gente más dinero en agua mineral que en cerveza. Porque la calidad, cuando tienes que echar mano de las reservas, no es muy buena. Ahora mismo hay recursos en Sevilla para tres años, suponiendo que no caiga ni una gota durante ese tiempo. Y en cuanto al riego..., el algodón, los naranjales, el olivo, la remolacha, el arroz..., todos los cultivos tienen la vida garantizada por tres años, aunque no llueva. Pero no queremos que los regantes se vuelvan locos'.

Sin embargo, también son muchos los agraviados por las lluvias, incluso en la propia Andalucía. Manuel Verdiel, gerente de la asociación Freshuelva, que aglutina a 89 empresas y 1.860 agricultores, estima las pérdidas en unos 24.000 millones de pesetas. 'Desde diciembre es que no ha parado de llover. Sólo ha salido el sol diez días. Y la fresa no tiene cáscara; cualquier impacto de la lluvia la deteriora y la agua. Hay que tirarla, y hay que contratar gente que la recoja y la tire. En teoría, están protegidas por plásticos, pero, como ha habido tanto viento también, muchos plásticos han salido volando. Pero peor que la lluvia en sí es la humedad. La fresa se deforma y se pudre con el exceso de humedad. Y no hay seguro que cubra pérdidas por pudrición. Si conoce alguno, infórmenos'.

Más desgracias: la Consejería de Agricultura de Castilla y León estima que los estragos de la riada de esta semana en los cultivos pueden alcanzar hasta los 5.000 millones de pesetas. Muchas familias se van a quedar sin ver crecer la remolacha, en la que tanto trabajo han invertido.

Pero aún no se sabe con cierto rigor cuánto dinero han perdido realmente los agricultores. El director de Agroseguros, la corporación de empresas que tramita las pólizas en el sector, declinó contestar. Y el Ministerio de Agricultura alegó que sus técnicos aún no han podido acceder a muchas zonas anegadas para valorar los daños.

Sin embargo, los estragos en las poblaciones están ya casi valorados. 'Las localidades más dañadas, por este orden, han sido Valladolid, Burgos, León, Palencia, Zamora y Benavente', señala Ignacio Macheti, director general del Consorcio de Compensación de Seguros, entidad pública dependiente del Ministerio de Economía.

La Confederación Hidrográfica del Duero señala que en Valladolid, con el Pisuerga, ocurrió lo que los técnicos conocen como la 'venida de los 500 años', una riada que en teoría sólo se produce cada 500 años.

'Ocurrió en la madrugada del martes', recuerda un portavoz del Ayuntamiento. 'El agua entró en el polideportivo dos metros por encima del suelo; el parqué y las canastas de baloncesto flotaban. Afectó también al Museo de la Ciencia, que lo está construyendo el arquitecto Rafael Moneo, y hubo que desalojar varias viviendas. El Pisuerga venía esa noche nueve veces más crecido que lo normal'.

'En Valladolid esperamos unos 1.000 o 1.200 expedientes de seguros reclamando dinero', señala Macheti, director del Consorcio de Compensación de Seguros. 'Y entre el resto de las ciudades, unos 1.000 también. En total, yo creo que esperamos pagar unos 1.600 millones de pesetas, lo cual tampoco es tanto. En enero del año pasado, en Galicia hubo inundaciones que acarrearon pérdidas de 3.500 millones. El 10 de junio del año pasado, una inundación en Cataluña provocó costes de 5.286 millones de pesetas. Y del 21 al 24 de octubre de 2000, en Valencia, Murcia, Tarragona y Aragón, la siniestralidad fue de 16.500 millones de pesetas'.

En demasiadas zonas de España llovió sobre empapado. En Galicia, por ejemplo, llevaba arreciando el agua desde noviembre, salvo un paréntesis de seis días en febrero, según recuerda el jefe del servicio de Hidrología, Manuel Delgado. 'Todo esto habrá traído infinidad de plagas para la vid. Y menos mal que hemos podido aliviar los embalses, sin apenas inundaciones. Desde hace semanas no hacemos otra cosa que soltar agua. Por el embalse de Friera, que es el último del Miño, a 40 kilómetros del mar, llevamos desembalsados desde el 1 de octubre hasta ayer 13.800 hectómetros cúbicos. Para que se haga usted una idea, en los 12 meses del último año hidrológico soltamos 8.000 hectómetros cúbicos'.

El trasvase que propugna el PP desde el Ebro hasta la costa mediterránea es de 1.050 hectómetros cúbicos.

La Confederación del Ebro aseguró no disponer de las cifras de agua que se han vertido al mar esta semana. Sin embargo, el presidente de la Confederación del Tajo, José Antonio Llanos, la ofreció sin ningún reparo: 'Un total de 13.249 hectómetros cúbicos desde octubre, que es cuando empieza el año agrícola e hidrológico, hasta ayer'.

'La zona peor parada con mucho es la provincia de Cáceres', señala Llanos. 'Allí hemos tenido inundaciones en el valle del Jerte, pero no han sido pérdidas catastróficas. Los beneficios han sido mucho mayores que los perjuicios. Madrid tiene asegurado el abastecimiento en dos años. Y las zonas regables de toda nuestra cuenca no tienen problemas ni para este año ni el que viene. No sólo eso. También han mejorado mucho las expectativas para el agua que trasvasamos al Segura. Hace unos meses les dijimos a los regantes de Murcia que se fueran haciendo a la idea de que sólo les íbamos a poder pasar 300 hectómetros de los 620 que permite la ley. Sin embargo, gracias a la última venida, vamos a pasarles por lo menos 500'.

Las lluvias parecen haber dejado más sonrisas que lágrimas. José Ignacio García Alandete, presidente de la Confederación del Júcar, que es la cuenca que menos agua ha recibido, junto con la del Segura, y la que más necesitada está de ella, no puede disimular su contento. 'El año pasado, en septiembre acabamos exhaustos'. En enero, la cuenca se encontraba al 16% de su capacidad. 'Y ahora estamos al 28%; a un tercio. El año pasado hubo un necesario control para los regantes; este año actuaremos igual, pero con la tranquilidad de que hay cierta holgura para guardarla para años sucesivos. Y nos vamos a permitir el lujo de aportar 10 hectómetros cúbicos del Júcar a la zona de Benidorm, Villajoyosa y Altea para consumo humano'.

Los presidentes de las cuencas consultadas coinciden en resaltar que los embalses no sólo van a asegurar el agua durante los próximos años, sino que han evitado y están evitando inundaciones y catástrofes humanas en todo el país. Sin embargo, la responsable de la campaña del agua en Greenpeace, Eva Hernández, observa las riadas desde un ángulo muy distinto al de ellos: 'Nuestro país, que es el tercero en el mundo en número de presas, con más de 1.000, no ha evitado los problemas de las riadas. En cambio, cuando un ecosistema fluvial está en buen estado amortigua las riadas. Los sauces, los alisos, los chopos, se encargan de frenar esas riadas. Pero cada vez hay menos bosques y más cultivos'.

La semana que viene, más agua donde menos se necesita

A partir de esta noche, según el jefe de Predicción del Instituto Meteorlógico, Ángel Rivera, se esperan lluvias en Galicia, parte de Castilla y León, el norte de Extremadura y parte de Asturias, zonas todas ellas que andan con los suelos más que empapados en agua y los pantanos a rebosar. 'El Atlántico sigue muy activo. Y se avecina por allí una borrasca de aire cálido que tocará parte de la Península. Será como una esponja, cargada de agua. Las lluvias no serán tan abundantes como en la anterior, pero no hay que desestimarlas'. Ángel Rivera no quiere vaticinar cómo va a presentarse el próximo mes en España. Los sistemas de predicción con dos o tres meses de antelación aún se encuentran en una etapa muy experimental. 'Dentro de cuatro años probablemente en invierno se conocerá cómo va a ser la primavera. Pero, hoy por hoy, no es fiable augurar nada. Hay demasiados intereses económicos de por medio como para aventurar cualquier dato. Si ya se nos echa encima mucha gente cuando anunciamos lluvias para Semana Santa con diez días de antelación, imagínese lo que ocurriría si ahora nos ponemos a contar cómo se van a presentar abril y mayo. Esos sistemas americanos tienen sus páginas en Internet, y alguna gente los consulta. Pero basta decir que el invierno éste tan lluvioso que hemos tenido no había sido cazado por los aparatos'. De momento, las predicciones más fiables son las que abarcan sólo un periodo de cuatro días. 'Ahora mismo', concluye Rivera, 'una predicción a cuatro días tiene la calidad y el rigor que hace tres años tenía una de tres'.

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Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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