El director de la ESMUC
Con esta carta desearía contribuir al debate sobre la futura Escola Superior de Música de Catalunya (ESMUC), debate que se ha visto notablemente enriquecido por el estupendo artículo de G. Comellas (EL PAÍS, 17-2-01). A los aspectos que Comellas destaca (falta de dotación económica, sensación de provisionalidad) me permito añadir alguna peculiaridad que, a mi parecer, hace de la ESMUC una institución de estatuto ambiguo. En efecto, destacaría el nombramiento de un director que, al margen de su indiscutible categoría musical, ha sido designado como se designa un director de museo o de teatro, es decir, como si fuera un cargo de confianza. Hasta donde yo sé, el director de cualquier institución académica (desde la universidad hasta un instituto) es elegido por su claustro o su consejo escolar. Obviamente, en un proceso fundacional y mientras el claustro no está constituido alguien ha de dirigir el proyecto. Ahora bien, y según las informaciones publicadas, la persona escogida para dirigir la ESMUC no se ha presentado como un director provisional, pendiente de una futura ratificación por parte del órgano competente. Por ello su nombramiento reviste el carácter de cargo de confianza.-
