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Senza Tempo estrena la sala Ovidi Montllor para la danza contemporánea

Hacía más de dos años que la compañía Senza Tempo no se presentaba en Barcelona. A partir del próximo viernes lo hará con Zahoríes, la última parte de una trilogía de coreografías con el agua como hilo conductor, que representará durante 10 días en el nuevo Teatre Ovidi Montllor. El escenario, que compartirán ahora el Mercat de les Flors y el Institut del Teatre, se dedicará especialmente a la danza contemporánea y ayudará a cubrir el déficit de este tipo de espacios en la ciudad.

Zahoríes es una producción de Senza Tempo y el Mercat de les Flors. El teatro municipal ha invertido 10 millones de pesetas y ha prestado su infraestructura en el inicio de una colaboración que se prevé que dé dos obras más en los próximos años. El Mercat, según explicó ayer su director, Joan Maria Gual, mantiene acuerdos similares -'que no convenios firmados'- con las compañías Nats Nus e Iliacan. Esta última se presentará en la sala Ovidi Montllor a partir del 1 de marzo con una coreografía titulada Don Juan. Nats Nus, por su parte, lo hará a principios de mayo.

Gual subrayó que el Mercat de les Flors seguirá programando danza en la sala grande y que el objetivo de los acuerdos es 'dar un empujón a tres compañías que hace mucho tiempo que trabajan, pero que necesitan consolidarse'. Las ayudas económicas se decidirán en función de las características de los espectáculos que prepare cada grupo. El compromiso del Mercat es 'flexible', pero en principio se prevé que cada uno de ellos estrene tres montajes.

Interpretada por tres bailarines actores, Zahoríes es 'una metáfora sobre la desertización, tanto del asfalto urbano como de las relaciones humanas', dijo ayer Inés Boza, directora de la pieza junto a Carles Mallol.

Los miembros de esta compañía barcelonesa, que lleva ya 10 años de carrera, mantenida sobre todo fuera de las fronteras españolas, explicaron que es la primera vez que 'la parte gruesa de las ayudas' les llega 'de casa'.

Buscadores de sueños

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Los zahoríes son los buscadores de aguas subterráneas, y como tales se presentan los intérpretes, Boza, Mallol y Eduard Teixidor. Pero su búsqueda va más allá de lo físico y se vierte en una metáfora sobre lo que los seres humanos esconden en sus relaciones. 'Con ello nos queremos referir a las aguas subterráneas del ser humano, que son los sentimientos, el amor y los sueños', dijo Boza.

Jugando en la escenografía con el viento como elemento desertizador y con otros materiales naturales que no quisieron especificar, la acción se desarrolla en la frontera entre el teatro y la danza. Las músicas son pregrabadas. 'Hemos buscado las voces del desierto, canciones africanas, urbanas y españolas, entre las que hay una interpretada por una banda de Semana Santa', avanzó Boza.

La obra se estrenó la pasada primavera en Manchester y hasta ahora no se había presentado en Barcelona. Los miembros de la compañía prefieren, según afirmó Mallol, 'rodar el espectáculo antes de llevarlo a casa'. En este tiempo han pasado también por Polonia, Irlanda, Madrid, Valladolid y Tàrrega. En Polonia, explicó Boza, 'el público es muy cultivado, aunque no esnob, y ves que entiende la estructura interna del espectáculo'. En Gran Bretaña, continuó, 'tienen el mismo sentido del humor que nosotros'.

Tanto Boza como Mallol defienden que su obra 'no es convencional, aunque tampoco es minoritaria ni difícil'. Tras recordar la reciente desaparición de la compañía Danat Dansa, por falta de apoyo a su actividad, aseguraron que en Barcelona 'aún funcionan las clasificaciones, y los programadores no se arriesgan como hacían antes'.

Zahoríes es la última parte de la Trilogía del agua. La primera, Capricho, se estrenó en 1994, y la segunda, Lazurd, en 1998.

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