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Hollywood acelera sus producciones ante la huelga de actores y escritores

Los huelguistas reclaman su parte del aumento de beneficios de los grandes estudios

La industria norteamericana del cine está tan alborotada estos días que, como subrayaba con humor la revista Variety, padece PTS (pre-traumatic stress syndrome), algo así como una profunda angustia 'huelguística'. 'Todo el mundo está trabajando demasiado o pretende estar trabajando demasiado', escribía el director de Variety, Peter Bart. 'Algunos de mis amigos están avergonzados porque no tienen al menos dos trabajos. Las grandes estrellas, que no necesitan el dinero, están empezando nuevas películas incluso antes de terminar las que están rodando'.

Faltan todavía seis meses para que termine el acuerdo marco entre el WGA (Writers Guild of America), el sindicato de escritores y los grandes estudios, pero ya se respira el enfrentamiento. Los 135.000 miembros del sindicato de actores, (SGA, Screen Actors Guild) también amenazan con unirse al parón si no consiguen renegociar su contrato con la industria antes del primero de julio. En un negocio donde los proyecto se preparan con años de antelación, la posibilidad de una huelga a partir del mes de junio ha sembrado el pánico.

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Tom Cruise acaba de terminar Vanilly sky con Penélope Cruz, la versión americana de Abre los ojos, y está a punto de comenzar otra, la película de Steven Spielberg Minority report. George Clooney va rodar a finales de este mes, junto con Julia Roberts y Brad Pitt, Ocean Eleven, una nueva versión de una película de Frank Sinatra. Leonardo di Caprio, que filma Gangs of New York, de Martin Scorsese, también tiene otro proyecto para antes de la primavera. Todos esperaban estar trabajando sin descansar hasta abril, la fecha límite en la que puede empezar y terminar un proyecto antes del ultimátum del verano. Las televisiones también están rodando episodios extras de sus series favoritas para no quedarse sin material a final de temporada.

Las reinvidicaciones de actores y escritores son sencillas: más dinero. El cable, Internet y la insaciable sed de películas norteamericanas en el resto del mundo han disparado los beneficios de los grandes de la industria. Los creativos quieren aumentar el porcentaje de los llamados derechos residuales, que cobran cada vez que se emite un producto en el que han participado. Según el WGA, las ventas de series made in USA han aumentado el 47% en los últimos cinco años, especialmente en Europa. Sólo en EE UU los dividendos del cable han pasado de 703 millones de dólares (unos 124.000 millones de pesetas) a 14.000 millones en los últimos 15 años.

Por ahora, las negociaciones no han tenido mucho éxito. Los estudios aseguran que quieren alcanzar un acuerdo justo con los sindicatos, pero su actual propuesta les costaría una pérdida de 2.400 millones de dólares en los próximos años. El WGA asegura que lo que piden no supondría ni la mitad. Los dos bandos han emplazado la próxima ronda negociadora para el 22 de enero. Mientras tanto, algunas agencias, como la United Talent Agency, han creado fondos de emergencia para resistir una huelga, que, si se lleva a cabo, podría paralizar Hollywood durante meses y meses.

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