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La variante de Pasaia costará 5.754 millones de pesetas y se abrirá en 2003

La variante de Pasaia, prevista dentro del 2º Plan General de Carreteras del País Vasco, se plantea como una de las fórmulas más eficaces para paliar los problemas de densidad de tráfico de la zona, que comenzaron a atajarse con la apertura de la variante de Rentería. 'Es una obra absolutamente imprescindible', señaló ayer el diputado de Transportes y Carreteras, convencido de que la reclamada eliminación del peaje de la A-8 no aliviaría la congestión viaria. Es más, Jaime cree que con dicha medida sólo se conseguiría colapsar la autopista, ya que tendría que soportar un tránsito diario de 70.000 vehículos.

La solución que se plantea es la conexión del enlace de Intxaurrondo de la A-8 con la variante de Rentería en la zona de Molinao, a lo largo de 3.500 metros. Este nuevo vial permitirá desviar diariamente, según Jaime, unos 30.000 vehículos que hoy circulan por la N-1. Los primeros 1.500 metros se resuelven con la ampliación de un carril de la autopista por cada sentido de circulación hasta la zona en la que actualmente se encuentra el peaje de Pasaia. Es precisamente en este lugar donde está proyectado el enlace de Beraun. Una glorieta -a distinto nivel- permitirá los intercambios de tráfico entre el tronco principal de la variante y los correspondientes al municipio de Pasai-Antxo, el barrio de Beraun, el futuro polígono industrial de Landarro y el residencial de Auditz-Akular, así como la conexión con la A-8 en sentido Irún.

La conexión viaria entre los enlaces de Beraun y Molinao constará de dos calzadas separadas y tendrá como principales hitos dos túneles; uno natural de 170 metros de longitud y otro artificial de 130. Ambos discurrirán por debajo del que existe en la actualidad de Euskotren -que será preciso reforzar- y desembocarán en Molinao. Una glorieta elevada permitirá el trasvase de tráficos de Pasai Antxo, y el Puerto y conectará la variante con la actual N-1 en la subida hacia Capuchinos.

El proyecto de trazado será sometido a un mes de información y tras la consecución de la Declaración de Impacto Ambiental se procederá a la redacción del proyecto de construcción. Jaime y el director del departamento, José María Sarasola, anunciaron ayer que la variante, con un plazo de ejecución de 24 meses, comenzará a construirse el próximo otoño.

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