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Una de cada cinco fachadas del Eixample debe ser rehabilitada

Una de cada cinco fachadas del distrito del Eixample está deteriorada y deberá ser rehabilitada. Es una de las conclusiones de la empresa ProEixample, que en 1998 inició una campaña de inspecciones del estado de edificios del distrito despúes de producirse varios desprendimientos con consecuencias mortales. Los resultados de esa labor de control mejora año tras año y 400 de los 1.307 edificios revisados desde el 1998 han sido completamente rehabilitados.

De esos 1.307 edificios, la mayoría de ellos de viviendas, 204 esperan ser rehabilitados en el plazo de un año. Según la empresa municipal ProEixample, en el año 2000 se ha conseguido que un 78% de las fachadas de los edificios inspeccionados se hallen en un estado de perfecta conservación frente al 49% obtenido entre los años 1998 y 1999. Los resultados de la campaña intensiva de control y de propiciar la rehabilitación de los últimos tres años empieza a ser visible, sobre todo en el caso de las decenas de edificios modernistas, según señalan los responsables de ProEixample. La empresa municial se encarga de la tramitación de expedientes de rehabilitación, de gestionar las subvenciones y de ejecutar proyectos urbanísticos.

En 1998 se inspeccionaron en el Eixample unos 250 edificios, mientras que en 2000 el número aumentó a 500. ProEixample pretende generar una cultura de rehabilitación permanente y en los casos de edificios ya intervenidos pretende iniciar la aplicación de un mantenimiento continuado. La política de inversión en la rehabilitación es, además, vital para este céntrico distrito de la ciudad que persigue ser una zona de servicios y residencial y frenar la pérdida de población.

En las revisiones efectuadas durante el año 2000, la actuación inmediata en edificios fue únicamente del 1%, frente al 13,2% que se dio en 1998. La mejora de la situación de muchos edificios del Eixample contrasta con el estado de éstos hace tan sólo un año, cuando una de cada 10 fachadas del céntrico barrio necesitaba una reparación urgente. El panorama ha mejorado sensiblemente y ya no son necesarias intervenciones de emergencia. No obstante, una de cada cinco fachadas está deteriorada y deben ser reparadas, por lo que el Eixample seguirá siendo durante los próximos años un área de rehabilitación preferente.

Según indicó un estudio realizado en 1999 por la Asociación de Promotores y Constructores de Edificios (APCE), las fachadas deterioradas requerían la inmediata actuación de bomberos o brigadas especializadas para evitar los desprendimientos y accidentes que se registraron en el distrito.

En las inspecciones de fachadas de edificios del Eixample iniciadas en 1998, se pretendió averiguar si el mal estado de ciertos edificios se centraba en alguna época o periodo en concreto. La mínima política de rehabilitación de mediados de siglo se ha resentido en el estado general de cientos de edificios, muchos modernistas, que durante décadas han permanecido con los mismos elementos estructurales y conducciones de agua.

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La valoración de criterios a la hora de actuar en un edificio ha variado a lo largo del tiempo, considerándose actualmente primer motivo de intervención el acabado continuo, es decir, las cuestiones de pintura o estuco. También se ha notado el interés de cada vez más constructores en la rehabilitación. Para evitar el deterioro y el posible riesgo de desprendimiento de los edificios del Eixample, la nueva política de rehabilitación prevé actuar a corto plazo en un 32% del total de las fachadas revisadas. Esta intervención, que se traduce en la creación de un informe de acciones y recomendaciones para cada uno de los edificios del distrito, se notará a largo plazo -de cinco a 10 años- en 441 edificios, el 33% del total de bloques estudiados.

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