Las exportaciones de cava acusan la resaca de 2000 y caen un 25%

El sector del cava acabará el año con un descenso notable de las exportaciones. El efecto 2000, que provocó un boom de producción en la zona del Penedès, ha pasado factura este año. Según los datos del Consejo Regulador del cava, que controla la producción del sector, los 270 cavistas catalanes exportaron 63 millones de botellas de cava en los nueve primeros meses de 2000, lo que supone un descenso del 25%. Fuentes próximas a la patronal del cava indican que los datos no cambiarán mucho en este último trimestre del año. Durante 1999, el sector, contagiado por la "fiebre del fin de milenio" vendió en el mercado internacional 130 millones de botellas de vino espumoso. Pasadas las fiestas navideñas, se comprobó que el ritmo de ventas disminuyó con respecto a lo previsto y se acumuló la producción. Este stock acumulado ha pasado factura en el balance de exportaciones. Según los datos del Consejo Regulador, hasta el sector cavista ha visto como se reducían los volúmenes de exportación hacia Alemania (tradicionalmente un gran consumidor de cava catalán) con un descenso del 13%, Canadá, (-28%), Estados Unidos (-49%) o el Reino Unido (-54%). La única guinda de este año será el mercado nipón, que ha aumentado sus importaciones en un 14,8%, un país que ha descubierto hace poco las bondades de los espumosos catalanes. El descenso de las ventas se refleja en la actitud conservadora de muchos cavistas. Si en 1999 se inundó el mercado con cavas Brut Reserva especialmente etiquetados para el fin de milenio, este año, cuando realmente se produce este cambio en el calendario cristiano, las empresas han optado por un producto más familiar.