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Siurana amenaza con los tribunales y la Guardia Urbana para frenar las obras del AVE en Lleida

El alcalde de Lleida, el socialista Antoni Siurana, amenaza con recurrir a la Guardia Urbana y acudir a los tribunales si el ente Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF) no acata el decreto de la alcaldía que le obliga a paralizar inmediatamente la construcción de la línea del tren de alta velocidad a su paso por la ciudad. Con esta postura, Siurana pretende que el Ministerio de Fomento introduzca cambios en el proyecto. El pulso puede acarrear la suspensión cautelar de las obras si, como se presume, el consistorio acaba presentando un contencioso administrativo.

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El diputado del PP por Lleida en el Congreso de los Diputados, José Ignacio Llorens, calificó de "alcaldada propia de un pequeño sheriff" la actitud de Siurana, a quien tildó de "ignorante y dictatorial".Llorens dijo que Fomento no paralizará las obras del AVE y criticó al consistorio por no haber presentado alegaciones al proyecto dentro del periodo de información pública. "Lo único que puede hacer ahora es acudir a la vía del contencioso, pero no parar una gran obra pública declarada de interés general", afirmó el diputado, quien ha advertido a Siurana que si utiliza la Guardia Urbana para paralizar las obras, el Gobierno enviará a la Guardia Civil para desalojar a los agentes municipales y garantizar la normalidad en las obras.

Siurana reiteró que actuará con firmeza y que no dudará en recurrir a las vías legales para impedir que las máquinas de la adjudicataria de las obras prosigan sus trabajos en el tramo urbano del AVE. El Ayuntamiento de Lleida reclama, entre otras mejoras, el soterramiento de las vías y la reserva de terrenos para la construcción de una segunda estación en el by-pass o variante ferroviaria que discurrirá por la zona de Rufea.

Un portavoz del GIF afirmó ayer no tener constancia oficial del decreto del consistorio leridano que le ordena parar unas obras que ya se encuentran en una fase avanzada. De hecho, ya se han empezado a colocar las vías de ancho europeo en el tramo entre Alcarràs, situada a ocho kilómetros de Lleida, y Puente de Ebro (Zaragoza). El Gobierno tiene previsto que el AVE llegue a Lleida en 2002 y a Barcelona en 2004, plazos que difícilmente se podrán cumplir si se paran las obras.

El concejal de Urbanismo, Lluís Torres, ha conminado al GIF a no continuar las obras cuando reciba la notificación del consistorio, y le ha recordado que si no lo hace será considerado un acto de desacato a la autoridad. "Esperamos que Fomento acepte dialogar con los técnicos municipales para no tener que llegar a situaciones extremas", añadió Torres.

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Todos los partidos presentes en el consistorio leridano, excepto el PP, apoyan la drástica medida tomada por el alcalde Siurana. "La Administración ha practicado la política de hechos consumados y Lleida no debe consentir que el AVE cause un impacto tan negativo como el que significó hace 100 años la llegada del ferrocarril", señaló el jefe de la oposición, el convergente Josep Giné.

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