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El Banco de España pide que la aportación a planes privados de pensión sea "obligatoria"

El director del Servicio de Estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina, defendió ayer la creación de un sistema mixto de pensiones en el que los trabajadores, además de cotizar a la Seguridad Social, inviertan en planes privados, con un mecanismo "obligatorio, aunque sea simbólico". Malo de Molina, quien compareció ante la Comisión No Permanente del Pacto de Toledo del Congreso, precisó que el objetivo de este modelo mixto sería garantizar una pensión pública y básica al conjunto de la población, que se complementaría con un sistema de capitalización privado.

Para aprovechar las ventajas de ese sistema mixto, según el director del Banco de España, habría que impulsar la suscripción voluntaria de planes de pensiones, mejorar el tratamiento fiscal de los rendimientos y poner en marcha un mecanismo "no exclusivamente voluntario" para concienciar a los trabajadores de la necesidad de iniciar las aportaciones a los planes privados tan pronto como se incorporen al mercado laboral, explicó. En su opinión, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social -destinado a garantizar las pensiones en casos de necesidad-, no es suficiente, ya que sólo podría solucionar situaciones de crisis específicas, algo que hace necesaria la creación de un sistema sostenible -el mixto-, que garantice el futuro de las pensiones. Malo de Molina afirmó que la situación financiera de la Seguridad Social y sus perspectivas han mejorado desde la firma del Pacto de Toledo, aunque destacó que el envejecimiento de la población española será un "problema a medio plazo".

Para Malo de Molina, los instrumentos básicos para la solución de este problema son, además de la transición hacia un sistema mixto de financiación de las pensiones, la actuación sobre los "condicionantes demográficos" y la reforma de los parámetros que articulan el sistema público de reparto. Dentro de los factores demográficos, apuntó como elementos clave la llegada de inmigrantes, el aumento de las tasas de fertilidad y de actividad (sobre todo por medio de la incorporación de la mujer al mercado laboral), la reducción del desempleo y el incremento de la productividad de la economía.

En lo que se refiere a la modificación de los parámetros del sistema de reparto, las posibilidades se limitan a elevar la cotización media -para aumentar los ingresos- o a bajar la pensión media -para disminuir los gastos-, decisiones que "implican sacrificio", pero que son necesarias para asegurar la sostenibilidad futura del modelo. Además de elevar los tipos de cotización, Malo de Molina propuso, para aumentar los ingresos de la Seguridad Social, incrementar las bases de cotización -algo no "muy recomendable", en su opinión-, eliminar los topes y separar las fuentes de financiación de la Seguridad Social. Para reducir los gastos habría que avanzar "en la línea ya iniciada", señaló, por medio del aumento de los años de cotización para calcular la base.

El director del Servicio de Estudios de la entidad emisora también defiende el retraso de la edad de jubilación legal más allá de los 65 años como la mejor fórmula de ahorro para el sistema público. En su opinión, la buena situación financiera por la que pasa la Seguridad Social, con supéravit en 1999, en 2000 y previsiblemente también el próximo año, y el buen comportamiento del empleo y de la afiliación han hecho posible que "en el horizonte inmediato" no se presenten problemas para el mantenimiento del sistema, pero indicó que los habrá "a medio y corto plazo", para 2020-2025.

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