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El Gobierno vence las reticencias municipales y pone en marcha los planes de ordenación territorial

El Gobierno ha logrado vencer las reticencias de los ayuntamientos y ya ha puesto en marcha todos los planes territoriales parciales (PTP) de Euskadi. Los PTP son uno de los principales instrumentos de ordenación del territorio y trascienden la escala municipal. Así, 12 de las 15 áreas funcionales en que se divide la comunidad autónoma tienen al menos elaborado ya un avance de su plan y las otras tres han contratado su redacción a un equipo de especialistas externo a la administración. El primer PTP que será aprobado es el del Bilbao Metropolitano, el más complejo.

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Áreas homogéneas

La principal dificultad para sacar adelante los PTP ha radicado en la oposición de los ayuntamientos, que en ocasiones han visto los proyectos como algo ajeno e incluso contrario a sus intereses, apunta el director de Ordenación del Territorio del Gobierno vasco, Juan Ignacio Izeta. "Lo que se ha hecho ver a los ayuntamientos", subraya, "es que para determinadas cosas, la escala municipal es pequeña y algunas estrategias hay que abordarlas desde un ámbito supramunicipal". Esta labor de pedagogía ha posibilitado que los consistorios "pierdan el miedo" a este tipo de ordenación territorial y la vean como "algo que va en su favor y necesario para ordenar el territorio de una forma adecuada".

Colaboración institucional

De momento no hay un PTP aprobado inicialmente, pero sí que existen varios avances redactados. Las áreas más retrasadas son las de Durango, Igorre y Gernika-Markina que ahora han contratado la redacción de los planes. Por el contrario, el plan de Álava Central y el del Bilbao Metropolitano son los que más terreno han adelantado. Precisamente, el del Bilbao Metropolitano es el primer PTP de Euskadi, incluso anterior al mandato del actual consejero de Ordenación del Territorio, Patxi Ormazabal. Se trata del documento más complejo de todos debido a varios factores: el deterioro de la zona a la que afecta, el que casi la mitad de la población de Euskadi se concentre en ese área y la localización de ámbitos marginales que precisan una revitalización urgente. El plan está encargado desde hace seis años.

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La Ley de Ordenación del Territorio (aprobada en 1990) establece tres instrumentos básicos para planificar el crecimiento de las provincias vascas. Ante la insuficiencia del planeamiento municipal para acometer los grandes temas de estructuración territorial desde una visión global, la ley prevé las Directrices de Ordenación Territorial (DOT), los planes territoriales sectoriales (los que hacen las administraciones públicas para ordenar determinadas cuestiones como la energía eólica, los márgenes de los ríos) y los planes territoriales parciales (que racionalizan el crecimiento de una zona concreta). Izeta, explica que los PTP delimitan Euskadi en 15 áreas con el criterio de configurar un marco intermedio entre el de la comunidad y el del municipio que permita concretar actuaciones de desarrollo globales y superar así las limitaciones del planeamiento estrictamente municipal. Estas zonas no coinciden necesariamente con delimitaciones político-administrativas. Es decir, que en algunos casos hay áreas funcionales que están a caballo entre dos provincias, como la del Alto Deba (abarca municipios guipuzcoanos y alaveses) y la del Bajo Deba (municipios guipuzcoanos y vizcaínos). De los 15 ámbitos, seis están en Vizcaya, otros seis en Guipúzcoa y tres en Álava.

Lo que se persigue a la hora de establecer áreas funcionales es que sean más o menos "homogéneas", que exista algún tipo de relación vecinal, comercial, empresarial, flujos de población y alguna localidad de tamaño suficiente para que pudiera ejercer el papel de cabecera, indica Izeta. "La ordenación debe interpretar el territorio de manera global, olvidando las rayas de separación que establecen los municipios entre si. Hay que preparar las áreas funcionales con estrategias potentes, que las doten de todo lo necesario para encarar su futuro con garantías", añade.

Sin embargo, diez años después de salir adelante la Ley de Ordenación del Territorio (donde aparecen los PTP), en Euskadi aún no se ha aprobado de manera definitiva ningún plan parcial. En cualquier caso, Izeta recuerda que aunque no haya un PTP aprobado, la introducción de esta cultura de ordenación está dando sus frutos. Por ejemplo, Guipúzcoa se plantea ya construir polígonos industriales a caballo entre diversos municipios. "Se trata de un modelo de sociedad solidaria, basado en la cooperación y la coordinación intermunicipal", precisa.

Las diputaciones y el Gobierno vascos son los que se ponen de acuerdo para encargar a distintas asesorías técnicas, ajenas a la administración, la redacción de los PTP. Tanto si el encargo es de la diputación o del departamento, en el proceso de aprobación inicial intervienen ambas administraciones. Sin embargo, la aprobación definitiva corresponde al Consejo de Gobierno.Una vez hecho el encargo a una asesoría, ésta hace una propuesta. Es lo que se conoce como el documento inicial. A partir de ahí entran en juego las administraciones, sopesando las propuestas y dotándolas del realismo necesario para que sean factibles. En esos niveles de decisión participan al 50% gobierno y diputaciones. También se tiene muy en cuenta la opinión de los municipios que integran cada área funcional. Éstos participan en grupos de trabajo junto a otras entidades que trabajan o tienen relación con la ordenación del área en cuestión.

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