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Aumentan las denuncias de irregularidades en Florida a medida que avanza el recuento

El fantasma del fraude electoral en anteriores comicios locales -en los que hasta los muertos votaron por el alcalde de Miami- planeaba ayer sobre el Estado de Florida, donde un puñado de votos tenía secuestrado al próximo presidente de EE UU. A medida que avanzaba el día aumentaban las denuncias de irregularidades, de urnas misteriosamente perdidas y halladas, de alegatos de intimidaciones a ancianos, y de miles de judíos de Palm Beach que creyeron votar por Al Gore cuando en realidad lo hacían por el ultraconservador Pat Buchanan, debido al confuso diseño de la papeleta.

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La victoria de Bush depende de un nuevo recuento en Florida.

Los funcionarios del gobernador Jeb Bush, hermano del candidato George W. Bush, se vieron ayer forzados a iniciar un segundo recuento de votos; la ley estipula que se haga cuando la diferencia entre los candidatos es inferior al 0,5% y que el proceso lo presida el propio gobernador. Para evitar cualquier sospecha, el gobernador de Florida anunció su renuncia a presidir el segundo recuento y expresó su compromiso en "proteger la integridad del proceso". Jeb Bush rechazó las denuncias de irregularidades y expresó su "decepción" con los medios que habían hablado de éstas. Pero no todos compartían la postura del gobernador. "Varios abogados tomaron declaraciones juradas a miles de personas, mucho antes de que cerraran las urnas. No puedo confirmar si vamos a interponer una demanda pero yo vi con mis propios ojos cientos de ancianos llorando, histéricos porque creían haber votado por Buchanan en vez de Gore", explicó el congresista demócrata de Palm Beach, Robert Waxler. "Conozco a mi gente, y no es posible que en un área de judíos Pat Buchanan obtenga el 20% de los votos".

Mientras el país entero tenía puesta su mirada en el recuento de Florida, en Tallahassee, la capital del Estado, se barajaba también la posibilidad de una nueva elección, bien en todo el Estado o en los condados donde han surgido dudas como Palm Beach o Miami.

De hecho, anoche tres residentes del condado de Palm Beach presentaron una demanda en la que solicitan un nuevo proceso electoral argumentando irregularidades en la papeleta de los candidatos presidenciales. Los electores presentaron la acción legal en un tribunal de ese condado, contra la junta de recuento de votos y funcionarios de la división de elecciones, alegando que la papeleta confundió a quienes querían votar por el candidato demócrata Al Gore, informa la agencia Efe.

Según el texto de la demanda, los votantes solicitan al tribunal que declare las boletas "engañosas y confusas" y ordene nuevos comicios en el condado de Palm Beach. El problema es que no hay ningún precedente constitucional. Judy Orihuela, portavoz del FBI, reconoció a EL PAÍS que habían recibido "varias denuncias de irregularidades electorales".

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Las denuncias, que también trascendieron a los medios de comunicación, se centran en presuntas intimidaciones a ancianos. En el primer recuento la madrugada del miércoles, Bush ganaba a Gore por sólo 1.734 votos en Florida.

Pero esa frágil mayoría está ahora amenazada por los más de 3.000 ciudadanos de Palm Beach que -horas antes de que cerraran las urnas- alertaron a las autoridades de que la papeleta era tan extraña que les había hecho votar por el candidato equivocado.

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