De las finanzas a la leche
Javier Tallada, todavía sin llegar a los cuarenta, desembarcó en el mundo de la leche en junio de 1995 cuando, en nombre de un gran número de pequeños accionistas, dio un golpe de mano en una Puleva que se hallaba a la deriva y pasó a controlar la sociedad.Hombre ligado hasta entonces a las finanzas, inició en Puleva su carrera como empresario acompañado por Guillermo Mesonero-Romanos. Sus detractores le acusan de que se trata sólo de un experto en ingeniería financiera. Al menos, sirvió para reflotar Puleva con un buen proyecto en el que no sólo ha logrado sacar la empresa del agujero, sino que apostó por la innovación tecnológica y nuevos productos lácteos. Desde la óptica del crecimiento, abordó la compra de otros grupos como Leyma-Ram y El Castillo. Y frente a las críticas, la pareja insiste en que son industriales con proyectos de futuro y vocación de continuidad.
También intentó crecer en el mundo de las telecomunicaciones. Entró en Radiotrónica desde donde lanzó una OPA sobre Amper. Esto supuso que se enfriaran sus relaciones con Juan Villalonga, casado entonces con su prima, Carmen Tallada. El objetivo era, de la mano de Telefónica, accionista de Amper, dar un salto a Latinoamérica. Les falló la aventura, pero incrementaron cuantiosamente su capital.
