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16 alcaldes piden la rehabilitación de la línea férrea Barcelona-Manresa-Lleida

El clamor es unánime. Desde la Generalitat hasta el ayuntamiento con la estación más pequeña de la línea de tren Barcelona-Manresa-Lleida reclaman una solución para este recorrido. Ayer, en Manresa, medio centenar de altos cargos políticos y los alcaldes de 16 poblaciones firmaron un manifiesto en el que solicitan al Ministerio de Fomento "la elaboración de un plan de inversiones para esta línea que tenga por objeto la actuación en todo el trazado, pero preferentemente en los tramos más degradados".

Material obsoleto

El director general de Puertos y Transportes de la Generalitat, Enric Ticó, y los presidentes de las diputaciones de Lleida y de Barcelona, Josep Pont y Manuel Royes, figuran entre los firmantes.Con esta medida se inicia una campaña institucional para conseguir que el trayecto Barcelona- Lleida por Manresa, ahora totalmente absoleto -se tarda más de cuatro horas en realizarlo-, pueda ofrecer unas prestaciones propias de los tiempos que corren y sea un elemento más de desarrollo de las poblaciones que se encuentran en su trayecto.

Renfe ha invertido en mejorar la línea de Manresa-Barcelona para hacerla competitiva y tiene previsto hacer lo propio en el tramo de Lleida a Cervera, ya que se prevé que la llegada del tren de alta velocidad a Lleida favorezca el uso de este medio de transporte; en cambio, no entra en los planes de la compañía hacer inversiones en el resto de la línea, que es pecisamente el sector con déficit más alarmantes. En este corredor se encuentran Lleida, Cervera, Manresa, Sabadell, Terrassa, Cerdanyola del Vallès y Barcelona, lo que supone, según la plataforma que impulsa la inversión en esta vía, un potencial de viajeros que justificaría el gasto.

Se considera que el tramo de Barcelona a Manresa es de cercanías; en él hay doble vía y circulan 35 trenes al día. A pesar de la notable diferencia respecto al resto de la línea, en recorrer los 68 kilómetros que separan estas ciudades se tarda más de 75 minutos. Aquí hay camino para recorrer en cuanto a mejorar las instalaciones, pero entre Lleida y Manresa no se trata de una renovación, sino de un volver a empezar. El material está obsoleto y el uso es mínimo. La velocidad máxima de circulación en todo el sector es de 90 kilómetros por hora, pero en largos tramos es imposible superar los 40. Y los trenes de mercancías, en algunos puntos, no pueden superar los 10 kilómetros por hora. Lo grave de la situación es que ahora el trayecto entre Lleida y Barcelona se realiza en 4 horas y 15 minutos, mientras que hace una década se podía cubrirr en 3 horas y 24 minutos. Otro ejemplo: el trayecto Manresa-Calaf en coche por el Eix Transversal se efectúa en unos 20 minutos; en tren se requiere 1 hora y 24 minutos. Un abismo.

Tras la reunión, el alcalde de Manresa, Jordi Valls, aseguró que el éxito de la convocatoria supone un "salto de calidad" en el proceso de reclamación que se inició hace cinco años, y el presidente de la Diputación de Lleida, Josep Pont, uno de los impulsores de la plataforma que reclama que esta línea no caiga en el olvido definitivo, indicó que se "ha empezado a andar en el buen sentido".

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