Un abogado de 33 años sustituye a Barrero al frente del PP extremeño
Carlos Floriano, un abogado de 33 años, es el nuevo hombre fuerte de los populares extremeños. Floriano sustituye en la presidencia regional del Partido Popular al ex presidente del Senado Juan Ignacio Barrero, que dimitió el pasado lunes por incompatibilidad tras ser designado por el presidente del Gobierno y líder del PP, José María Aznar, como nuevo presidente de la Empresa Nacional de Celulosas (Ence).
Floriano era el sustituto natural de Barrero, un relevo altamente deseado desde ciertos sectores del Partido Popular extremeño ante la evidencia de que el nuevo presidente de Ence había tocado techo electoral. En uno de los tradicionales feudos socialistas, Barrero ha salido derrotado en todos sus enfrentamientos en las urnas con el al actual presidente autonómico, Juan Carlos Rodríguez Ibarra.El Comité Ejecutivo Regional, primero, y la Junta Directiva del Partido Popular de Extremadura, después, ratificaron el acceso de Floriano a la presidencia regional en un acto que contó con la presencia del coordinador de Organización del PP, Pío García Escudero, y en el que aún hubo un resquicio para la sorpresa: la posibilidad de que Barrero pudiera asumir la presidencia de honor, algo que quedó sobre la mesa.
Floriano, doctor en Derecho, casado, aporta inicialmente al PP extremeño una imagen diferente. De carácter jovial y sencillo, no está adscrito a familia ni corriente alguna.
Su carrera política se inició en 1990 y su primer cargo fue la presidencia de Nuevas Generaciones de Extremadura. En 1995 fue diputado regional y portavoz del grupo parlamentario popular, accediendo después a la Secretaria Regional.
Ha sido, posiblemente, el único miembro del Partido Popular que ha hecho frente con dureza a Juan Carlos Rodríguez Ibarra en el Parlamento regional. Su objetivo tras su nombramiento es claro: "Ganar a Ibarra". "Le voy a ganar las elecciones si vuelve a presentarse", proclamó Floriano, quien aprovechó ya su primera intervención como líder regional para acusar al presidente socialista de gobernar de una forma despótica y de haber situado a Extremadura a la cola de los índices macroeconómicos.
