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REUMATOLOGÍA

Nuevos marcadores para detectar la artrosis

El anuncio de dos nuevos marcadores bioquímicos para detectar la artrosis en un análisis de sangre antes de que se manifieste la enfermedad es uno de los principales avances presentados en el Congreso Mundial de la Sociedad Internacional de Investigación de la Osteoartritis (OARSE), celebrado la semana pasada en Barcelona, según explica la doctora Ingrid Moller, directora del Instituto Poal de Reumatología de Barcelona.

Revisión periódica

Los nuevos marcadores, si se confirma su eficacia, podrían estar en el mercado en el plazo de tres años. Uno de ellos se basa en una sustancia que produce la propia articulación cuando se desgasta, el keratal sulfato, cuya presencia aumenta y puede detectarse cuando se produce un desgaste de la articulación. El otro sistema de diagnóstico precoz, uno de los grandes retos que hay en la lucha contra la artrosis, tiene que ver con la proteína oligomérica de matriz, otra sustancia implicada en el desarrollo de la enfermedad y cuya presencia también puede medirse.

De todas las enfermedades reumatológicas, la artrosis es la más frecuente. Se estima que afecta en España a un tercio de la población de 40 a 60 años de edad, es la segunda causa de incapacidad laboral, y se trata de uno de los principales motivos de consulta en asistencia primaria y traumatología.

Moller señaló que se llama artrosis a la enfermedad que afecta al cartílago articular y que produce la pérdida de movilidad de la articulación por destrucción o atrofia del cartílago, disfunción que en la mayoría de los casos causa dolor articular o inflamación (artritis) y que con frecuencia conduce a una impotencia funcional.

Estos dos nuevos marcadores se unen al YKL-40, una glicoproteína sérica, que ha sido presentado en el último número de la revista Annals of Rheumatic Disease como un potencial marcador de la artritis en la artrosis.

La doctora Moller indicó que también se ensayan sistemas de detección precoz basados en la imagen, pero con costes asumibles, y que uno de los que tiene más futuro es el de las ecografías a partir de mediciones del cartílago, junto con el de la elaboración de parámetros de normalidad a partir de grandes estudios de población.

Moller señaló que otro aspecto sobre el que se debe insistir es la necesidad de que la visita al reumatólogo se incluya entre las revisiones periódicas a las que debe someterse una persona para garantizar un buen estado de salud, ya que hasta ahora sólo se acude cuando la artrosis es muy evidente.En la actualidad, la artrosis se trata principalmente con antiinflamatorios y analgésicos -aunque ya están apareciendo sustancias que pretenden frenar el desgaste de la articulación una vez se detecta la enfermedad- y mediante cirugía, con la implantación de prótesis, que es el último recurso cuando la artrosis existe en la rodilla o en la cadera.

El medicamento ideal para la artrosis tiene que ser eficaz para quitar el dolor, seguro por no producir efectos secundarios y capaz de frenar la enfermedad. El 60% de los pacientes reumáticos tratados con antiinflamatorios padece algún tipo de erosión gastrointestinal, explica Juan Manuel Herrerías, presidente de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD).

La afectación gástrica sigue siendo el caballo de batalla del tratamiento de la artrosis, por lo que el reciente anuncio realizado en la revista JAMA de que un nuevo fármaco consigue hasta tres veces menos complicaciones gástricas que los tratamientos habituales ha creado nuevas expectativas en el tratamiento.

Dos de los nuevos y más prometedores fármacos por los resultados presentados en Barcelona son el condroitín sulfato y el ácido hialurónico, ambos específicos para la artrosis. El primero se administra por vía oral y el segundo se inyecta en la cavidad articular.

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