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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Globalización

La crisis mundial a la que se enfrenta el mundo moderno, los problemas ecológicos, sociales y económicos que todavía quedan por resolver, muchos aspectos de nuestra crisis global van a marcar los próximos años del nuevo milenio.El sistema industrial occidental moviliza todos sus esfuerzos para aprovecharse de las fuerzas humanas de trabajo, de la concentración del capital y su prevaricada especulación tramposa en las bolsas, el crecimiento acelerado, la renovación constante de los medios técnicos de producción y los beneficios sin medida, para seguir adorando al antiguo Dios al que antes se le sacrificaban vidas humanas, y ahora, horas de trabajo, toneladas de petróleo y bosques centenarios. Este disfrute despilfarrador y exagerado de los recursos terrestres tiene un colosal impacto sobre nuestro planeta y amenaza en un plazo no predecible, pero no lejano, con terminar con la misma existencia humana sobre la Tierra. El sistema responsable de esta crisis se encuentra más allá de la dicotomía entre socialismo y capitalismo, es el sistema industrial imperante con su lógica de producción máxima a mínimos costes, de explotación de la naturaleza, de masas de hombres y mujeres corriendo a trabajar para vivir, de competitividad y usura, ese es el verdadero responsable de la crisis socio-ecológica que nos amenaza.

Nos han hecho perder el sentido original de la relación con la naturaleza, creernos que el fin de la vida es conseguir que nos den un empleo para alimentarse y vivir dignamente, convirtiéndonos en servidores y adoradores del sistema, el cual nos proporciona un desigual salario en compensación por tan sendos sacrificados esfuerzos en mantenerlo.

El capitalismo a través de la monetarización de todas las esferas de relación, de la comercialización de todos los procesos sociales y con su sentido expansionista e inversor constante del capital, hace que en última instancia, todo se mida y se valore a través de las categorías del mercader, es decir, por su valor de cambio y la posible ganancia monetaria.

Aún predominan en el poder mundial los descendientes de aquellos pueblos esteparios, ganaderos y no campesinos, patriarcales, machotes, los temibles guerreros bárbaros del norte, que con sus afanes de expansión, competitividad y triunfo, asolaron en sucesivas oleadas las culturas mediterráneas y han acabado triunfando en la mercantil Europa, conquistando América, y desde esta imponer el orden mundial que a sus intereses de autodestrucción conviene, y no contentos nos quieren arrastrar al resto del planeta a una hipotética globalización de su concepto de bienestar, destruyendo, consumiendo e hipotecados hasta las cejas. No eso no, y contra ello lucharemos como lo han hecho los que nos precedieron y como debemos de enseñar a nuestros niños que nos sucederán, hasta un mundo justo y solidario, libre de miserias y pobreza, hasta la lejana muerte.- de Els Verds.

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