Encarcelados cinco de los detenidos por la trama de desobediencia civil de ETA

El juez Baltasar Garzón ordenó ayer la prisión incondicional por presunto delito de integración en banda terrorista de cuatro de los nueve detenidos esta semana como presuntos miembros de la trama de desobediencia civil diseñada por ETA-Ekin. Se trata de Carlos Trenor, Ignacio María O'Shea, Sabino Ormazábal y Mikel Aznar. También ha sido encarcelado Patxi Joseba Azparren, si bien este último está acusado como colaborador de la organización terrorista.

El juez, a propuesta del fiscal, dejó en libertad bajo fianza de cinco millones de pesetas a Fernando Olalde y Olatz Altuna, y de un millón a José Ignacio Uruñuela. Los tres están acusados de colaboración con ETA-Ekin, según el auto de Garzón. Luis Barinagarrementería quedó en libertad.Ayer concluyeron las declaraciones de todos los detenidos y el magistrado, a petición del fiscal Enrique Molina, acordó las mencionadas medidas cautelares. En el auto, el juez explica la subordinación de Ekin a ETA y la utilización de la Fundación Joxemi Zumalabe para desarrollar la estrategia de desobediencia civil. Se explica también cómo "las formas de violencia complementarias a la de ETA son competencia de Ekin, como antes lo eran de KAS", según los documentos incautados al responsable de Ekin, Carlos Iñigo Blasco, tras su detención en mayo pasado. ETA constituye la dirección, mientras que Ekin es el "motor" y la "columna vertebral", es decir, los "engranajes" del proyecto revolucionario común, según los documentos incautados a la banda que cita el auto de Garzón.

El magistrado recuerda el proceso de construcción nacional desarrollado en 1994 en KAS con el nombre de Karramarro (Cangrejo) en el que la desobediencia aparecía como uno de los ejes para conseguir el funcionamiento de un "Estado paralelo". ETA asumió los resultados del debate en el número 72 de su publicación interna, Zutabe.

A ese respecto se señalaba que había que "hacer frente continuamente a la opresión española y francesa" y se proponían una serie de conductas:

- Rechazo de los documentos que identifican a los vascos como españoles o franceses y creación de un registro sustitutorio.

- Utilización exclusiva de documentos de identidad de Euskal Herria, obligando a las instituciones a que los acepten.

- Rechazo a las selecciones deportivas nacionales de España y Francia y rechazo a los ciudadanos vascos que se presentan como españoles en ese ámbito.

- Creación y puesta en práctica de formas efectivas para desarrollar la insumisión fiscal.

- Lucha contra la lotería y quinielas, instrumentos de negocio para el Estado, y creación de posibilidades para que Euskal Herria pueda gestionar su propio dinero.

Estas iniciativas de ETA-KAS y luego de ETA-Ekin, siempre según el auto dictado por Garzón, se insertan dentro de la pretendida constitución de un Estado paralelo del que ya existen datos y elementos abundantes en esta causa que acrediten su existencia.

El auto dedica un capítulo a la Fundación Joxemi Zumalabe como mecanismo de control y dinamización del movimiento popular al que proporciona financiación a través de diferentes organismos. Es la entidad que, a partir de 1996, sustituye a los denominados Abertzale Sozialista Komiteak (ASK) (comités socialistas patrióticos) en su misión de promover la desobediencia y la desconexión con el Estado español, persiguiendo los objetivos de subvertir el orden constitucional y de crear espacios de contrapoder.

La Fundación Joxemi Zumalabe es una pantalla, dice la resolución, consistente en el desarrollo de actividades lícitas por una entidad legal, junto a la persistencia en el desarrollo de actividades de carácter ilícito, camufladas éstas entre las primeras para dificultar cualquier posible investigación.