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Sydney 2000 DOPAJE

Hunter también se derrumba

El marido de Marion Jones proclama entre lágrimas que no tomó "conscientemente" nandrolona

Santiago Segurola

Con un pañuelo en la mano, la expresión compungida, las lágrimas que le brotaban, C. J. Hunter negó ayer el uso de sustancias prohibidas, como se asegura en el informe de la Federación Internacional de Atletismo sobre los resultados del control antidopaje efectuado el 28 de julio en Oslo. Según dicha información, los análisis observan una cantidad extraordinariamente de nandrolona -un anabolizante- en el organismo del lanzador de peso estadounidense y marido de Marion Jones, la atleta sobre la que está centrada la máxima atención en los Juegos.El caso habría pasado más o menos desapercibido si Hunter no fuera el marido de Jones y uno de sus entrenadores. Alrededor del caso Hunter está el efecto que puede tener en el rendimiento de Jones, y también la guerra que mantienen los estadounidenses con el COI por una supuesta dejadez del máximo organismo olímpico en la actuación contra el dopaje. El positivo de Hunter ha servido para que desde el COI se haya urgido a EE UU a limpiar su propia casa, en lugar de criticar las actuaciones de los demás.

C. J. Hunter aseguró que nunca ha tomado conscientemente nandrolona, y que la aparición de rastros de la sustancia en su orina podía deberse a la contaminación de alguno de los suplementos dietéticos que habitualmente consume. En un atiborrado salón del hotel Mercure, C. J. Hunter dijo que jamás haría nada por merecer el desprecio de sus dos hijos y de su mujer, Marion, que apareció en un momento de la conferencia de prensa para expresar el apoyo a su marido. "Estoy aquí para ayudar a mi marido en unos momentos muy difíciles", dijo la velocista, que hizo su declaración con un gesto extremadamente serio. Marion Jones pidió a los periodistas que cesaran sus llamadas al piso donde reside en Sydney. Luego besó a su marido y abandonó la sala.

Altos dirigentes del COI aseguraron ayer que Hunter había dado positivo por nandrolona en tres ocasiones durante el verano. Al parecer, en el control de Oslo se detectó una tasa de dicha sustancia 1.000 veces superior a la permitida. El nutricionista Víctor Conte, que acompañaba a Hunter en su intervención, indicó: "Hunter no ha tomado ningún anabolizante. El positivo está relacionado con el suplemento que usa para completar su alimentación y mejorar su rendimiento. En esta producto no figura la presencia de cantidad alguna de nandrolona". Conte añadió que la aparición de nandrolona podía deberse a la deficiente manipulación de los laboratorios que fabrican el suplemento. Este mismo argumento ha sido utilizado en los últimos meses por los atletas británicos Linford Christie y Mark Richardson, y también por la jamaicana Merlene Ottey, todos los cuales dieron positivo por nandrolona.

Hunter se clasificó en segunda posición en las pruebas de selección del equipo olímpico estadounidense, lo que le aseguraba una plaza en Sydney. Sin embargo, hace un mes fue sometido a una artroscopia en una de sus rodillas por una lesión de menisco, razón que le ha impedido participar en los Juegos. Para probar que había sufrido una operación, se levantó la pernera de su pantalón y mostró una cicatriz en la rodilla.

La revelación del caso de dopaje afecta también a la situación de Hunter en Sydney. En la final de 100 metros se sentó entre los periodistas para ver la actuación de Marion Jones. Después de la prueba, el Comité Olímpico de Estados Unidos se declaró dispuesto a conceder un pase especial a Hunter para que pudiera estar cerca de su mujer. Jacques Rogge, vicepresidente de la comisión médica del COI, manifestó que no se concedería ninguna acreditación especial para Hunter. "Sería contrario a la ética darle un pase de favor. Lo que hay que decirle es: `Señor, usted no tiene sitio en estos Juegos".

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