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Gobierno y oposición se declaran ganadores en los comicios presidenciales de Yugoslavia

El SRS forma con el SPS de Milosevic y la marxista Izquierda Unida Yugoslava (JUL) de Mira Markovic, la esposa de Milosevic, la alianza de Gobierno en Serbia y en Yugoslavia. A lo largo de la campaña electoral los ultranacionalistas del SRS, que acaudilla el fascistoide viceprimer ministro de Yugoslavia Vojislav Seselj, han iniciado un despegue de Milosevic y acusan a su gente de manipular los medios de comunicación oficiales.

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El SRS forma con el SPS de Milosevic y la marxista Izquierda Unida Yugoslava (JUL) de Mira Markovic, la esposa de Milosevic, la alianza de Gobierno en Serbia y en Yugoslavia. A lo largo de la campaña electoral los ultranacionalistas del SRS, que acaudilla el fascistoide viceprimer ministro de Yugoslavia Vojislav Seselj, han iniciado un despegue de Milosevic y acusan a su gente de manipular los medios de comunicación oficiales. No se registraron incidentes graves en la jornada electoral y los observadores más o menos imparciales constataron numerosas irregularidades en el control de voto en diversos lugares de Serbia, Montenegro y Kosovo. Tras el cierre de las urnas, seguidores de la oposición se dirigieron hacia el centro de Belgrado. Dirigentes de la DOS habían convocado a sus seguidores para convertir los centros de las ciudades en plazas de la verdad con la intención de congregarse de forma masiva y evitar el robo de la elección.

En Belgrado los opositores marcharon hacia la plaza de la República, lugar emblemático porque en el invierno de 1996 se celebraron allí manifestaciones durante tres meses, hasta que el régimen no tuvo más remedio que reconocer su derrota en las elecciones municipales.

Los manifestantes se encontraron con un estrado y gigantescos altavoces, que en un principio se pensó habían sido instalados por la gente de Milosevic para celebrar la victoria. Se trataba de un montaje de la gente de Milosevic, sí, pero no del partido, sino de la televisión oficial serbia (RTS), que trató de organizar en la plaza un concierto de música folklórica y echar así a los manifestantes de la oposición.

Durante unas horas se encontraron enfrentados en menos de un centenar de metros opositores y partidarios del régimen, separados por un cordón policial. No hubo, griterío e insultos aparte, incidentes de gravedad. Los opositores dedicaron al jerarca del régimen la cancioncita que se repite en partidos de fútbol, conciertos al aire libre y mítines políticos desde hace meses en Serbia. El texto, una rima con resonancias de cancha de fútbol, reza: "Slobo, Slobo, suicídate y salva a Serbia".

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Un caso insólito

Las megaelecciones de ayer en Yugoslavia, presidenciales, para las dos cámaras del Parlamento, municipales de Serbia y regionales en Voivodina, se pueden considerar como algo insólito en el mundo. Lo nunca visto. Se celebraron las mismas elecciones y con los mismos candidatos en las presidenciales bajo tres regímenes políticos diferentes. El autárquico, autoritario y cuasidictatorial de la Serbia de Milosevic y el cuasidemocrático en Montenegro, donde su Gobierno ignoró las elecciones, llamó a boicotearlas y negó la infreastructura del Estado para su celebración, lo que les dio un carácter de precariedad absoluta. Para completar, se intentaron también en un territorio, Kosovo, ocupado por fuerzas internacionales y administrado por la ONU, con 1,5 millones de personas con derecho formal a voto, de los que 1,2 son albanokosovares que boicotean las elecciones serbias desde hace más de una década.

El resto de los votantes, los serbiokosovares, se encuentran dispersos por la diáspora en Serbia y Montenegro o encerrados en sus guetos en Kosovo, donde votaron como pudieron. Más difícil, imposible. Bajo estas circunstancias, puede considerarse un éxito que no se produjeran incidentes graves, enfrentamientos o tiros.

Los colegios abrieron a las 7.00 de la mañana y la jornada transcurrió bajo signo diferente en Serbia y Montenegro. En Serbia se dio una elevada participación. En Montenegro, la gran mayoría del censo electoral siguió las consignas de abstención del Gobierno y la participación fue de un 23,77%, según datos oficiales del Ejecutivo montenegrino.

Milosevic votó en un colegio de su barrio residencial de Dedinje. Sin una sonrisa, con gesto grave, sin saludar a la mesa, Milosevic no se escondió tras la mampara para emitir su voto. El todavía presidente de Yugoslavia declaró, tras votar acompañado de su esposa: "Espero que se acelere el escenario político de Serbia para poder contar con una estabilidad duradera, que permita un desarrollo económico todavía más rápido".

Por su parte, el candidato opositor Kostunica declaró al votar, dos horas más tarde que Milosevic: "Hay que entender que en democracia el poder cambia de mano en mano, que es relativo y que presupone sentido de la responsabilidad".

Los países de la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia, por su parte, estaban anoche en contacto para reaccionar ante los resultados y especialmente ante la interpretación particular del Gobierno yugoslavo que, no cabía duda desde hacía semanas, reclamaría la victoria para sí fueran cuales fueran los datos de la votación.

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