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La batalla del Bellas Artes

La decisión del Ayuntamiento de San Sebastián de derribar el viejo teatro Bellas Artes, edificio de estilo beaux arts construido en 1914 por el arquitecto Ramón Cortázar, ha originado una fuerte contestación en algunos sectores políticos, ciudadanos y culturales, todos ellos contrarios a la sustitución del actual inmueble por otro más moderno, de estilo romántico, que la empresa propietaria quiere destinar a hotel de lujo. La demolición del Bellas Artes exige su exclusión previa del Catálogo de Patrimonio Urbanístico de San Sebastián, que protege la conservación de la actual construcción. El equipo de gobierno municipal, compuesto por PSE y PP, ha iniciado los trámites administrativos para modificar el Plan General de Ordenación Urbana, condición previa y obligatoria para derribar el edificio. Finalizado el plazo de alegaciones, los dos grupos de la oposición, EH y la coalición EA-PNV, el Colegio Vasco Navarro de Arquitectos y la autodenominada Agrupación Cívica para la Conservación del Bellas Artes han presentado sendas alegaciones a la decisión municipal.Esta última asociación integra a un colectivo formado por unas 70 personas ligadas al mundo del arte, la arquitectura y la universidad, en su mayoría, que reclaman la "conservación del Bellas Artes y la recuperación de los elementos arquitectónicos originales que lo han distinguido como un edificio singular", según afirma Juan Ignacio García Velilla, director de la galería de arte Altxerri. La Agrupación Cívica para la Conservación del Bellas Artes ha conseguido reunir a personas de renombre, como los artistas Jorge Oteiza y Andrés Nágel; los profesores, Gurutz Jaúregui, Alonso Pimentel, Martínez Gorriarán o José María Unsain; los arquitectos Ramón Ayerza y Miguel Arsuaga, y a descendientes de Ramón Cortázar, artífice del diseño del edificio que acogió el primer cinematógrafo de San Sebastián y, más recientemente, fue sede del Orfeón Donostiarra y de la Orquesta Sinfónica de Euskadi. Una asociación ciudadana de estas características no tiene precedentes ni cuando se demolió el antiguo Kursaal o la plaza de toros de El Chofre.

García Velilla lamenta la situación en la que se encuentra el Bellas Artes como consecuencia de la "dejación que ha hecho la Sade", empresa propietaria del edificio, "con el consentimiento inaceptable del Ayuntamiento". "Lo han afeado y arruinado premeditadamente para conseguir que fuera declarado en ruina. Han permitido sustituir la cúpula original por otra que es un bodrio, han cegado la cristalera de la fachada y permitido la retirada de la marquesina acristalada", afirma. Su derribo tendría "consecuencias catastróficas", porque "el delincuente se vería recompensado" con "la destrucción de un edificio ejemplar". "Su pérdida no podrá ser reparada", sostiene García Velilla, quien habla en nombre de todos los firmantes del manifiesto a favor de la conservación del Bellas Artes.

A su juicio, la decisión municipal, dos años después de que el Ayuntamiento (entonces gobernado por el tripartito PSE, EA y PNV) denegara el permiso para el derribo, "obedece a los caprichos de unos políticos sin sensibilidad con el patrimonio de la ciudad". También citó otras "tropelías" realizadas por el Consistorio donostiarra, como la remodelación de los edificios vecinos de los mercados de La Brecha y Pescadería, la destrucción de villas en Ategorrieta, los levantes en inmuebles del área romántica o la sustitución de edificios centenarios por otros de estilo bèlle epoque.

Esta agrupación, que sigue recibiendo adhesiones en el apartado de correos 1.180 de San Sebastián, considera "urgente" elaborar un inventario del patrimonio arquitectónico y cultural de la ciudad con el fin de que "no pueda ser desclasificado por cualquier político".

El Colegio Vasco Navarro de Arquitectos también ha cuestionado la decisión municipal, al considerar que el Bellas Artes tiene "un gran valor arquitectónico por constituir un hito arquitectónico arraigado en la memoria colectiva de la ciudad, respondiendo adecuadamente a este lugar tan singular de la trama del Ensanche" donostiarra.

Pendiente del Ayuntamiento

El alcalde de San Sebastián, el socialista Odón Elorza, es partidario de construir un edificio nuevo en lugar de restaurar el actual edificio del cine-teatro Bellas Artes, porque el cumplimiento estricto del Plan General "puede producir una desproporción y un auténtico disparate" en el entorno, debido a que el planeamiento urbano "permite sumar dos plantas al edificio". "Si se cumple estrictamente la normativa, se generan una serie de contradicciones importantes", añade.Elorza sostiene que el Bellas Artes, pese a su interés arquitectónico, no es apto en las condiciones actuales para ninguna utilidad, porque se encuentra "profundamente deteriorado, muy desvirtuado y con materiales de muy poca calidad". Sin embargo, el Consistorio desestimó la solicitud de la empresa propietaria de declararlo en ruina técnica. El alcalde considera que el edificio presenta daños en el recubrimiento de la cúpula y en los laterales de la fachada. El Ayuntamiento tendrá que deliberar ahora la solución más adecuada y consensuada posible para recuperar el Bellas Artes.

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