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13 serbios acusados de crímenes de guerra se fugan de una cárcel de la ONU en Kosovo

Quince presos serbios de Kosovo acusados de crímenes de guerra, genocidio y matanzas se fugaron la madrugada del domingo de la cárcel Kosovska Mitrovica, en el norte de la provincia, según informó ayer la fuerza multinacional para Kosovo (Kfor). La Kfor logró capturar a dos de los fugitivos, y ayer seguía la búsqueda del resto. El jefe de la administración civil de la ONU, el francés Bernard Kouchner, quien calificó el incidente de "grave", prometió "conducir a la justicia a todos los fugados, así como a sus cómplices en la evasión". La ONU ya ha abierto una investigación oficial.

Sin tribunales para juzgar

El operativo organizado por la Kfor resulta espectacular: soldados rastreando los campos y montes cercanos a la ciudad de Mitrovica; registros de viviendas sospechosas; controles en las carreteras que conducen a Serbia y distribución de las descripciones de los 13 fugados a todas las unidades. A pesar de ello, algunos de los escapados podrían haber burlado la vigilancia. El líder de los serbios de Pristina, Oliver Ivanovic, aseguró anoche que al menos cuatro de los 13 presos ya han alcanzado territorio serbio, pues telefonearon a sus familias en Mitrovica para informarles de su situación.Según la versión ofrecida por la misión de ONU en Kosovo, los hechos se produjeron cuando un preso recibió permiso para realizar una llamada telefónica en la noche del sábado; cuando éste regresaba a su celda, sus compañeros atacaron al guardia que le escoltaba, le arrebataron las llaves de las celdas y lo amarraron golpeándole con una pistola. Con esa arma, amenazaron a otros tres guardianes y los encerraron junto a dos intérpretes que trabajan en la prisión. Después, los 15 prisioneros serbios se dieron a la fuga tras robar 6.140 marcos alemanes (unas 521.000 pesetas).

Cuatro de los evadidos están acusados de crímenes de guerra; tres, de genocidio; cuatro más, de diversas matanzas; uno, de asesinato, y el último, de incendio y robo. En el penal había en el momento de la fuga 40 presos serbios, la mayoría detenidos hace un año. Los presos habían organizado protestas en diversas ocasiones por la demora de los procesos judiciales y exigían ser juzgados o, en su defecto, ser puestos en libertad de forma inmediata.

Esta fuga representa un tremendo revés para el prestigio de la misión de la ONU en Kosovo y para la Kfor, la fuerza de paz dirigida por la OTAN. El propio Bernard Kouchner, responsable de la administración civil, dijo ayer sentirse escandalizado por lo ocurrido y prometió "castigos ejemplares" si la investigación en marcha determinara complicidad o ineficacia del personal de la ONU en la huida. "Tomamos muy en serio nuestra responsabilidad en lo ocurrido", dijo Kouchner.

Para muchos, la fuga es un síntoma de la caótica situación que vive la provincia. El Tribunal Penal Internacional para crímenes en la ex Yugoslavia, con sede en La Haya, firmó un acuerdo con la administración civil de la ONU en Kosovo para que los criminales de guerra de segundo nivel fueran juzgados por los tribunales locales, en vez de trasladarse a La Haya, donde hay exceso de trabajo. Pero la administración civil no ha sido capaz de poner en marcha un sistema judicial independiente y fiable.Los 13 presos eran preventivos en espera de juicio desde hace casi un año; sólo cinco de ellos habían sido acusados formalmente; el resto permanecía en prisión debido a diversas denuncias. Niguno había sido presentado ante un tribunal, según informaciones de la propia ONU en Kosovo.

El pasado mes, tres serbios acusados de crímenes de guerra escaparon del hospital donde se encontraban siguiendo un tratamiento médico. Otro sospechoso de cometer crímenes de guerra también logró huir de ese mismo hospital en julio. En febrero, cuatro prisioneros, tres serbios y un albanokosovar, escaparon de sus celdas. El kosovar era un muchacho de 15 años acusado de la muerte de un soldado ruso. Ninguno de ellos ha vuelto a prisión.

Susan Manuel, portavoz de la ONU en Mitrovica admitió ayer que lo sucedido es "muy embarazoso" para Naciones Unidas.

Mitrovica, una ciudad industrial del norte de Kosovo, se ha convertido en el símbolo de los innumerables problemas con los que se enfrenta la administración internacional en Kosovo. Un puente separa a las comunidades serbia y albanokosovar, y es allí, en Mitrovica, donde se ha concentrado la mayor parte de la violencia interétnica. La OTAN sospecha que detrás de la minoría serbia de Mitrovica está la mano del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, quien la agita para impedir el funcionamiento de lo que era, antes de los bombardeos de la OTAN, una provincia bajo administración serbia.

De hecho, el ministro de Exteriores yugoslavo, Zivadin Javanovic, realizó ayer unas curiosas declaraciones al periódico Makedonia en las que asegura que la vuelta de las tropas serbias a Kosovo "no es negociable y puede tener lugar en cualquier momento". La tesis es un farol, pero pone en evidencia otro hecho: Kosovo se va a convertir en el eje de la campaña electoral en Serbia, en la que Milosevic tratará de remover la vena nacionalista de sus compatriotas.

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