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La modificación de la Ley Forestal abre la puerta al cultivo de 200.000 hectáreas de monte

La eliminación en diciembre de 1998 de uno de los apartados del artículo segundo de la Ley Forestal de la Comunidad "convierte 200.000 hectáreas de superficie forestal en terrenos susceptibles de transformación para uso agrícola", según explicó ayer el portavoz de medio ambiente del PSPV-PSOE en las Cortes Valencianas, Joan Francesc Peris. La opción choca con el anteproyecto del Plan Hidrológico Nacional, que destinará 300 hectómetros cúbicos de agua al año para la Comunidad e impide el crecimiento de nuevas superficies de cultivo.

Desde que se dejó de considerar montes o terrenos forestales a los "terrenos yermos y aquellos cuya actividad agraria haya sido abandonada por un plazo superior a diez años, que se encuentren situados en los límites de los montes o terrenos forestales, o, sin estarlo, hayan adquirido durante dicho periodo signos inequívocos de estado forestal, o sean susceptibles de destino forestal", se abrió una puerta a la transformación de 200.000 hectáreas en terreno de cultivo. De un plumazo, se eliminó la consideración de terrenos forestales a casi el 17% del monte valenciano, estimada en 1.200.000 hectáreas, de las que el 52% corresponde a su perficie arbolada. Y a mayor zona de cultivo, más consumo de agua. Una situación que choca frontalmente con el contenido del anteproyecto del Plan Hidrológico Nacional (PHN). El texto es claro: la Comunidad recibirá 300 hectómetros cúbicos de agua al año procedentes del caudal excedente del Ebro, pero no se permitirá el incremento de la superficie destinada al cultivo en las cuencas deficitarias, como la del Júcar y el Segura. De hecho, el anteproyecto contempla una reducción de un 15% de la cantidad de agua destinada a la agricultura que pedían los distintos planes hidrológicos. Joan Francesc Peris incidió en la necesidad de gestionar la demanda, en vez de la oferta y manifestó que el PHN "se debería aprovechar para cambiar completamente la política de aguas". Sin dejar de lado estas consideraciones, Peris también hizo hincapié en el impacto medioambiental que estas transformaciones tienen sobre el territorio. El portavoz de medio ambiente del partido socialista recordó el aumento de la erosión que supone eliminar la cobertura vegetal de estas zonas, cuya fauna vegetal ayuda a regular los ciclos climáticos y favorece el equilibrio medioambiental. Peris se mostró contrario a cualquier transformación de terrenos forestales para uso agrario, "sean los cultivos del tipo que sean".

En opinión de Peris, "la gran contradicción del Partido Popular" es que se contemplen este tipo de posibilidades "en un momento en que la Comunidad necesita estructuralmente agua". A esta contradicción, según el portavoz socialista, hay que añadir que en muchos casos las transformaciones de terreno no vienen del mundo agrario, sino que en este proceso "están entrando empresas". Un ejemplo: en diciembre del año pasado la Dirección General de Planificación y Gestión del Medio estimó "aceptable", a efectos medioambientales, un proyecto de "transformación agraria para 21 hectáreas situadas en la partida Bovalar, en el término municipal de Castellón, cuyo promotora es Lubacons, SA, vinculada al empresario Luis Batalla. El objeto del proyecto era transformar antiguos cultivos de secano en cítricos. Entre otras consideraciones, el informe de impacto ambiental de la consejería indicaba que la finca situada "en una ladera de montaña", había estado ocupada "hasta hace poco" por "bancales de cultivo de secano abandonados, principalmente algarrobos, que habían sido colonizados por vegetación natural de tipo matorral termófilo, con algún ejemplar de pinus halepensis".

Otro ejemplo de estimación favorable a efectos de impacto ambiental se aprobó en marzo de 1999, cuando se dio luz verde a la tranformación de una superficie de 0,37 hectáreas en la partida Pinos Verus, en Segorbe. El informe, en referencia a la vegetación "que se pretende eliminar", la describe como "representada por pinus halepensis de más de 20-25 años con escaso estrato arbustivo. De los antiguos cultivos no se han observado casi ningún vestigio, excepto algún pequeño rebrote de algarrobo". El texto también hace referencia a la fauna animal. "Sobre los pinos se ha observado varios nidos de aves sin poder especificar la especie, así como numerosos restos de piñas al pie de los pinos, indicativo de la presencia de ardillas". "Los efectos de la transformación sobre la fauna", continua el informe, "se ven minimizados por la presencia en los alrededores de zonas forestales similares, donde se puede desplazar la fauna afectada por la roturación".

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