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Hruska, un líder efímero

Los abanicos de Albacete y la fractura que se produjo en la carrera impidieron a Jan Hruska, el checo del Vitalicio, vestirse de líder en Albacete. De paso, también ahorró un mal trago a la organización porque el asunto habría generado polémica. El caso es que, después de tres días de tranquilidad entre los primeros de la general y en los que las bonificaciones no tuvieron ninguna incidencia, Jan Hruska disputó la tercera y última meta volante de la jornada, en Munera. Acabó segundo. Como estaba estipulado, a él le correspondían cuatro segundos, es decir, un tiempo que le igualaba con Zülle en la general. Pero el checo superaba a su rival por unas cntésimas. Hasta ahí, todo parecía normal. Pero había un problema. Desde la mañana, el orden del día entregado por la organización suprimía las bonificaciones en la última meta volante. Se trata de un documento que nadie discute, elaborado por los jueces. De seguirlo al pie de la letra, significaba que Zülle conservaba su maillot amarillo. Pero no. La organización otorgó el liderato virtual a Hruska. Al parecer, una secretaria se había confundido al mecanografiar el orden del día y se le pasó incluir la dichosa bonificación. "Lo que va a misa es el libro de ruta", explicó la organización para mantener su postura. Al final, los abanicos apaciguaron la polémica y evitaron la reclamación de Banesto.

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