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Una explosión en una sede internacional de Pristina amenaza las elecciones de Kosovo

Una bomba explotó ayer a las nueve y media de la mañana en Pristina, la capital de Kosovo, en un edificio de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), que alberga las sedes de varios partidos políticos de diferentes minorías. Como consecuencia de la explosión, resultó herida leve una mujer turca de Kosovo y quedó destruida la oficina de un partido. Al mismo tiempo, una investigación hecha pública por el periódico The Guardian muestra que la OTAN exageró el número de muertos albanokosovares en la guerra. Sólo se han encontrado unos 3.000 cadáveres.

El estampido de la explosión, en el centro mismo de Pristina, en la calle que ahora lleva el nombre de la Madre Teresa, se oyó en toda la ciudad. El objetivo del atentado ha sido un edificio de la OSCE, que alberga las oficinas de algunos partidos que se preparan para las elecciones municipales del próximo 28 de octubre.En el edificio se encuentran también las sedes de algunos sindicatos y, en el segundo piso, la representación yugoslava encargada de mantener los contactos con la administración de la ONU (Unmik). Una mujer de la minoría turca, que trabajaba en la sede del Partido Nacional Turco de Kosovo, sufrió heridas leves en la cara. La oficina del SDA, partido de la minoría bosnia, quedó destrozada.

El administrador de la ONU para Kosovo, el francés Bernard Kouchner, acudió al lugar de la explosión y declaró: "Algunos son enemigos de la democracia, es decir, de las elecciones". Kouchner añadió que lo ocurrido es muy antidemocrático, porque "una bomba es antidemocrática. Algunos prefieren las bombas a las papeletas de voto".

Por su parte, el portavoz de la OSCE, Roland Bless, declaró que, al parecer, habían colocado la bomba en la parte trasera del edificio y agregó: "Es muy pronto para determinar qué parte del edificio trataban de alcanzar". El jefe de la misión de la OSCE para Kosovo, Daan Everts, condenó con firmeza el atentado, pero tampoco pudo precisar el objetivo del mismo, porque "este edificio alberga a muchos partidos, bosnios, albaneses y turcos".

Quien no alberga la menor duda del destinatario de la bomba es Stanimir Vukicevic, jefe del comité yugoslavo para la colaboración con Unmik. Según una declaración de Vukicevic, difundida ayer en Belgrado, "ha sido un ataque terrorista, cuyo objetivo es la continuación de la limpieza étnica y la eliminación de la presencia del Estado yugoslavo en Kosovo".

Para completar el día, a las once de la mañana se recibió una falsa amenaza de bomba en la sede de la policía de la ONU en Pristina, que se encuentra en una calle paralela a la de la Madre Teresa. Durante dos horas el tráfico quedó interrumpido, mientras efectivos policiales realizaban una búsqueda infructuosa del explosivo anunciado. Esta amenaza de bomba es la tercera en los últimos dos meses ante el edificio policial de Pristina.

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El periódico británico The Guardian publicó ayer un extenso informe, basado en las investigaciones de forenses en Kosovo, que llega a la conclusión de que la OTAN infló de forma escandalosa el número de albanokosovares asesinados durante los bombardeos. La oficina de prensa de la OTAN hablaba de exterminio indiscriminado y llegó a dar como desaparecidos a 100.000 albaneses.

Esta cifra contrasta con los 3.000 cadáveres encontrados en Kosovo por expertos de varios países que abrieron las fosas comunes. El diario cita a un portavoz de la OTAN, Mark Laity: "La Alianza nunca dijo que los desaparecidos estuvieran todos muertos. La cifra que nosotros barajamos era de 10.000. Si el dato no es correcto, estamos preparados para aguantar unos cuantos huevos en nuestra cara, si muchos de los que creíamos muertos están vivos".

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